Polémica por la vuelta de las corridas al Batán: «El gran perjudicado es el toro»
Antonio Bañuelos dice que Plaza 1 no se ha puesto en contacto con la Unión: «La concesionaria tiene un acuerdo de que al menos el 50 o 60% de los toros que se lidien pasen por allí, pero a nosotros no nos ha dicho nada y muchos ganaderos no están en disposición de ir»
El SOS de los ganaderos de lidia: «Los costes del toro son inasumibles»
Toros en la Casa de Campo en de la Feria de Otoño
La apertura de la Venta del Batán fue acogida con entusiasmo por la afición, pero entre los ganaderos la polémica se ha avivado. La Casa de Campo como escaparate y punto para atraer aficionados la aplauden todos. Pero no faltan los pitos: esta ... época no es ya como aquella de hace dos décadas en la que el público iba con su cámara de fotos al hombro. Ahora las redes sociales se han convertido en el primer sanedrín de veterinarios, donde se hace el reconocimiento previo, con toros sentenciados desde que pisan el Batán. Poco se habla, pero es 'vox pópuli' los problemas que hubo, por ejemplo, con la corrida de Adolfo Martín en la Feria de Otoño. Entre los propios ganaderos se ha suscitado una división de opiniones, aunque según cuenta el presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, Antonio Bañuelos, el sentir general es el de que «les causa muchos problemas».
«Este año se empieza a producir un dilema entre los ganaderos. Parece que la concesionaria tiene un acuerdo de que al menos el 50 o 60% de los toros que se lidien pasen siete días de antelación por la Venta del Batán -cuenta Bañuelos. Yo personalmente he ido muchas veces y tengo un recuerdo muy bonito, sirve para atraer a la afición y aporta riqueza, pero los ganaderos tienen un grave problema. Porque esto beneficia a empresa, Comunidad y público. El que sale tremendamente perjudicado es el animal». Y profundiza en su análisis: «El desembarco en el Batán entraña un riesgo, en unos corrales que no son excesivamente grandes, midiendo distancias nuevas para ellos, con personas que a veces los llaman la atención. Puede llover y crearse un barrizal. Todo les produce una tensión y en ese tiempo muchos no comen, no beben esos treinta litros que suelen beber a diario. Todo eso les hace perder peso. Luego tienen que embarcarse de nuevo para Las Ventas para pasar por el reconocimiento veterinario. Muchos ganaderos no están en disposición ni son favorables de ir. Es un mercado libre y cada cual ahora lo que considere, pero Plaza 1 ni se ha puesto en contacto con la Unión».
De sobra conoce el Batán Adolfo Martín: «He ido con mi corrida al Batán, yo conozco lo que es eso. Y por la tauromaquia fui. Dije que hay un problema: cuando ves un toro tumbado y de mala manera, ese toro ya está sentenciado. En esos corrales el toro pierde peso, que nadie piense que allí el toro va a engordar. Este encaste, además, es muy nervioso. No hay quien les quite perder veinte kilos menos; claro, si estuvieran allí tres meses lo recuperarían, pero así no. Si nos pasa en el campo, que a muchos toros cuando los cambias de cercado no se adaptan y pierden peso. Lo que sí me tranquilizó mucho fue que el manejo sea de Florito. Porque como no seas muy profesional pasa lo que pasa».
Habla Ricardo Gallardo, el ganadero de Fuente Ymbro que más lidia en Madrid en los tiempos recientes: «Este año lo inauguré yo con corrida y novillada. Si hay que ir al Batán, no me molesta, como no me molestan los Corrales del Gas. No entro yo si es bueno o malo. Ni soy partidario ni tengo inconveniente. Los toros pierden peso también en otros corrales, depende de los días que estén».
Borja Domecq, que cuenta con una corrida de Jandilla para Madrid, se refiere «a la época de las redes sociales, en las que dependiendo del sentido en el que uno haga las fotos ve un perfil u otro, y eso puede generar una corriente, una especie de primer reconocimiento». «Se trata de una situación compleja -subraya-. Cuando hable con la empresa, ya veremos qué decisión tomamos, pero el riesgo existe cada vez que el toro sale de su zona de confort. Lo de perder peso o no depende de cada ganadería. Aquí se exige un toro muy grande, no tanto en pitones, como en Pamplona -que es distinto-, sino en cuerpo».
Justo Hernández, propietario de Garcigrande y que tiene previsto lidiar una corrida en la próxima temporada venteña, tampoco es muy partidario: «Cuanto menos mala vida se le dé al toro, y más aún con lo que se le exige al toro moderno, más opciones hay de triunfo. Esos últimos días son fundamentales y en el Batán no se les puede preparar como en la finca. En cualquier caso, la decisión que tomemos será consensuada».
No todas las voces son contrarias. Algunos como Javier Núñez, ganadero de La Palmosilla, son favorables: «Veo altamente beneficiosa la exposición de los toros en el Batán, al igual que se hacen Pamplona. Creo que debería ser una norma obligada para todos los ganaderos. Algunos se quejan de que el toro pierde mucho, pero si el toro está realmente rematado cuesta trabajo que 'adelgace'. Y, si no, ahí está la prueba de los Corrales del Gas. Lo veo fundamental para acercar el campo a la ciudad». En el caso de esta ganadería, Plaza 1 se ha interesado por ella, aunque Núñez cuenta que tomarán la decisión una vez pasado Pamplona. Una opción sería participar en las corridas del desafío.
«Nos debemos a la afición y habrá que llevarlos, aunque para los toros no sea lo mejor. Los toros en el Batán están más intranquilos, hay accidentes, se pegan cornadas y, claro, sufren las consecuencias de no estar en su hábitat y de un embarque más. Pero, repito, nosotros nos debemos a la afición y allí estaremos», explica José Escolar.
Álvaro Martínez-Conradi, de La Quinta, dice que «no le disgusta el Batán siempre y cuando no nos vaya a perjudicar en el peso del toro, lo ideal sería que fuese con el que llegan a la Venta». Y añade: «Es un gran dilema y lo ideal sería que fuésemos juntos en esto. Entiendo que hay ganaderos que no se sienten cómodos y no les gusta el invento, por otro lado, entiendo que todos o ninguno, que hubiese equilibrio».