san Fermín
Los frutos de Fonseca, el más listo con la mansa cosecha de Cebada
El mexicano se inventa una puerta grande en una debravada corrida en la que Adrián de Torres, autor de lo más puro, y Román anduvieron también por encima de sus lotes
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Pamplona
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Iniciar sesiónHa venido a España a «partirse la madre», que dicen por su tierra. Dicho y hecho: no podía ser menos en su debut como matador en Pamplona. Apenas un año en el escalafón superior lleva Isaac Fonseca, el pequeño gigante mexicano que ganó la ... Copa Chenel después de despachar seis toros de una tacada, cuatro de ellos con una cornada de 18 centímetros en el muslo. Llegaba aún con la herida reciente y se le notó en su estado físico. Pero el hambre de ser y la ambición de querer y querer le hizo olvidar el dolor. Porque si querer es poder, Fonseca quiso y pudo. Hasta alzarse con la recompensa de la puerta grande pamplonica después de que su espada entrase a la primera, que en la Monumental navarra es condición indispensable -y a veces hasta la única- para amarrar los trofeos. Su salida en volandas no maquilló la mala -y no por maldad, que ni eso- corrida de Cebada. Qué mansa cosecha, con toros sin una gota de bravura. Como esas espigas sin lluvia que se secan, seca traía la casta el astifinísimo y desigual conjunto de Medina Sidonia.
Sueltos y distraídos salían los toros, sin cocidia ni fijeza, remando hacia tablas como la barca que busca besar pronto la orilla. Pasaban por allí sin humillar, con sus matices insulsos o de aspereza, en su ir y venir. Muy por encima anduvo la terna, con el pecado de alargar las faenas y de no pasar por Albacete para afinar las espadas. Salvo Fonseca, que tragó mucho y conectó con las peñas, con los del calimocho de sol y con los del champán de la sombra. Qué lista manera de leer los códigos sanfermineros.
Mucho jalearon las eléctricas chicuelinas al tercero, un chorreado y listón que derrotó en los burladeros y enseñó las puntas, a milímetros de la banda dorada. Nada humillaba este Caminero, pero era el momento de apostar y Fonseca se plantó en los medios de rodillas. Un prólogo breve con un cambiado y uno de pecho. Qué bruto y asperote era este número 42, que acabó lanzando derrotes y más de un arreón. Con inteligencia cortó en el momento exacto y se marchó a por la tizona. No importó que se cayera, pues Caminero se desplomó rápido. Y aquí paz y después gloria.
San Fermín en directo: toros de Cebada Gago para Adrián de Torres, Román e Isaac Fonseca
Alicia P. VelardeSigue en vivo la tercera corrida de la feria
Sabedor de que tenía medio umbral abierto, salió con la mente muy despejada en el sexto y trazó dos largas cambiadas. «Lolololo, lolololo», corearon. Hasta que arrancó de las gargantas el «que te vote Txapote, que te vote Txapote...», nuevo 'hit' de San Fermín. Ni una tarde sin la que promete ser la canción del verano. El baile en el graderío y el jolgorio continuaron en banderillas: sensacional Juan Carlos Rey, que se desmonteró. Todo estaba a punto de caramelo. Y el de Morelia lo sabía. Hasta los medios se fue el valiente para principiar con dos pases cambiados por la espalda en los que se atrevió con guiños al tendido. Con generosidad concedió distancias al burraco y aprovechó con listeza y entrega sus mentirosilla media arrancada. En el acero estaba la llave del éxito. Era el momento de recordar la máxima de Ordóñez, esa de que hay tres o cuatro tardes en la temporada en las que uno tiene que jugarse la vida. Y al completo se la jugó en la hora final, tirándose a matar o morir. Miraba al cielo rogando que doblara Caminero mientras aplaudía y aplaudían su muerte. Qué cosas... Hasta que se desató una roja pañolada.
San Fermín
- Monumental de Pamplona. Domingo, 9 de julio de 2023. Tercera corrida. Lleno. Toros de Cebada Gago, serios, mansos y rajados, que iban y venían a la muleta sin humillar.
- Adrián de Torres, de blanco y oro. Estocada perpendicular y seis descabellos. Aviso (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y estocada. Aviso (silencio).
- Román, de gris plomo y oro. Estocada que hace guardia y descabello (silencio). En el quinto, pinchazo y bajonazo (silencio).
- Isaac Fonseca, de grosella y oro. Estocada caída (oreja). En el sexto, estocada (oreja con petición de otra). Salió a hombros.
No hubo opción a que sacase el personal el pañuelico en el turno de Adrián de Torres, pues el acero le privó del premio tras una seria actuación con el dúo más potable. Cuánta verdad con capote y muleta, qué manera de perseguir la pureza. Lástima que no le acompañara el sentido de la medida ni lograra tocar las claves de Pamplona.
Dispuesto se mostró Román con su pésimo lote. Qué corrida más desbravada. Más bravo anduvo Fonseca, que recogió los frutos de la puerta grande pese a la mansa cosecha..
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