Héroes en el infierno: arde la ganadería brava de Los Lastrones

Los hermanos Daniel y Luis González tratan de poner a salvo sus animales mientras el incendio hace cenizas su finca de Cebreros

Ganado de Los Lastrones, con el fuego pisando los talones Los Lastrones

No son Josh Brolin, Miles Teller, Jennifer Connelly ni Jeff Bridges. No son actores de cine. Son ganaderos de lidia, los últimos héroes en el infierno junto a todos esos brigadistas forestales que se juegan la cornada del fuego, la de la vida, entre ... las salvajes llamas que asolan la piel de toro.

Esta película, basada en hechos reales, se rueda en la sierra abulense de Cebreros, un paraíso ecológico custodiado por el toro de lidia. Sus criadores: los hermanos Daniel y Luis González, este último torero. Su sueño ganadero, el que emprendió su padre en 1985 con unas vacas de Paco Galache -y ahora con sangre Domecq (vía Montecillo)-, vive una pesadilla en medio del negro humo.

Todo su esfuerzo ganadero se ve arrasado hoy por los incendios. Destrozados, han visto cómo se quema su finca e intentan poner a salvo a sus animales jugándose su propia vida. No olvidemos una dificultad añadida: hablamos del manejo de un animal bravo, que cornea y mata. «¡Sacando a nuestros animales de los cercados! ¡Angustioso, desolador, impotencia y miedo, mucho miedo, un horror y un infierno lo vivido!», cuentan los González en sus redes sociales. Y añaden: «Esto está siendo desolador, una impotencia y un horror, pero muchas gracias a todo el mundo del toro, a todos los amigos y a los particulares de todas las partes del mundo, por sus muestras de cariño y apoyo, estamos desolados y muy preocupados por nuestros animales». No es la única ganadería afectada, también se han acercado las llamas a las de Jesús Ramos y Aldeanueva.

El fuego, rondando en la dehesa salmantina de Aldeanueva Aldeanueva

«Tremenda jornada pasamos viendo estas angustiosas imágenes al borde de la finca. Gracias a Dios los daños han sido pocos y todos los animales están a salvo. Enorme agradecimiento a Antonio, mi mayoral, y todas las personas que habéis colaborado para evitar una tragedia mayor», escribía en el perfil de Twitter de la divisa salmantina de Aldeanueva.

En tiempos de ecologismo moderno de despacho y sillón, los integrantes del mundo rural son los verdaderos guardianes de la ecología, entre ellos los ganaderos de lidia. En los telediarios no lo contarán, pero en España existen 250.000 hectáreas de Alto Valor Natural que se mantienen por y para un solo animal: el bravo. A toda la crisis vivida en el campo por la pandemia, se suman ahora los incendios. Los hombres y la mujeres del campo, motor de España, siempre tan desprotegidos y vapuleados.

Un vídeo de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, ya Real Unión, subraya la importancia del trabajo de todos esos hombres de campo que se desviven por su ganadería: «Bravo por la gestión medioambiental desinteresada. Por el empleo verde. Por quienes fijan la población de la España vacía. Bravo por unas fincas que aportan el doble de valor ecológico que económico. Por quienes custodian una raza autóctona. Por quienes apuestan por cultura contra viento y marea. Bravo por los guardianes de la fórmula secreta de una raza única en el mundo. Por el amor a la naturaleza como filosofía de vida. Bravo por estos hombres y mujeres de campo que dan su vida por la bravura». Arde el campo bravo, arde la vida de siglos.

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