ENTREVISTA
La otra gran apuesta ganadera de José María López: «He comprado el hierro de Hernández Pla»
A su reto de criar los de Concha y Sierra («tengo una corrida muy buena que vale para Madrid») se suma su «sueño de los santacolomas»
El ganadero cuenta que en la subasta de hierros de la Unión pujó por lo de Pérez de la Concha, «pero Fermín (Bohórquez) también pujó para que se lo quedara Morante y ofreció cinco mil euros más que yo»
El 'Ronaldo' de los cabestros debuta en los Sanfermines

José María López es un hombre de espíritu inquieto. Llamamos al que fuera torero y hoy ganadero para charlar sobre su apuesta por la ganadería de Concha y Sierra. Y la sorpresa es que el criador de los bueyes del Uno, los famosos ... cabestros que revolucionaron San Fermín, ha sumado un nuevo reto y nos topamos con lo que los taurinos llaman 'una primicia': «He comprado el hierro de Hernández Pla».
—¿Cómo ha sido tal adquisición?
—Me enteré de que la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia sacaba a subasta algunos hierros. En principio, yo quería lo de Pérez de la Concha para así tener todo lo de la rama. Pero me encontré con que Fermín (Bohórquez) también había pujado para que se lo quedara Morante y ofreció cinco mil euros más que yo. El ofreció 25.000 y yo 20.000. Al ver que ya no podía quedarme con ese hierro, vi toda la lista y me gustó el de Hernández Pla, pues siempre he querido tener algo de Santa Coloma.
—Empieza de cero con los cárdenos.
—Totalmente. He comprado unas vacas a Rehuelga y un semental. Y me gustaría que los ganaderos de La Quinta me alquilasen uno. También voy a hablar con los de Pablo Mayoral. Hasta dentro de cinco años no veré los frutos.
—Con la crisis que atraviesa el campo y los piensos cada vez más caros, hay que tener mucha afición para emprender una aventura así.
—Quizá sea una locura, porque esto es una ruina, pero es mi afición. Yo he estado desde niño con los animales en el campo, con seis años ya me iba con mi padre....
José María se emociona entonces por el recuerdo del hombre con el que todo lo aprendió. «La muerte de mi padre me afectó mucho, me hundí. Mi mujer sabía que yo quería lo de Concha y Sierra, porque me encantan los toros de colorines –hay de todos los pelajes, mi finca parece un arco iris– y me animó a ello; tiramos para Francia y llegamos a un acuerdo. Hacerme con lo de Concha y Sierra y ahora con el hierro de Hernández Pla me devuelve la alegría, aunque me generará también dolores de cabeza. Todo son gastos. Me ha salido caro en todos lo sentidos».
El criador de toros se refiere al grave percance que sufrió en el campo. López perdió la visión de un ojo al intentar salvar a una vaca que había caído al río Tajo. «Cuando estaba en la orilla, saltó sobre mí con la mala suerte de que me arrancó el ojo izquierdo con una pezuña», cuenta. Y sigue: «Mala o buena suerte, pues como me dice el maestro Juan José Padilla, que me ha ayudado mucho, hemos tenido buena suerte. 'Lo malo habría sido acabar muertos. Estamos vivos'». Y con el mensaje de optimismo del Ciclón de Jerez se queda el ganadero, que trabaja sin descanso en la finca al 'El Maquilón' para criar cientos de animales.
—Su ganadería del Uno se hizo famosa en los encierros de San Fermín. ¿Mantiene la parada de bueyes?
—Sí, por supuesto. Eso me sirvió muchísimo para darme a conocer; una pena no seguir en Pamplona. Macua me llamó para ofrecerme compartir los encierros, pero le dije que no. Le he vendido algunos de los participantes, como Lolo y Cariñoso. A Ronaldo y Messi, no; esos morirán en casa.
—¿Y el negocio de comprar y vender toros cómo va?
—Eso lo voy a ir dejando. Esta época no es buena para eso. La próxima temporada me los iré quitando en las plazas y en las calles.
—De Concha y Sierra, ¿tiene toros para plazas de primera?
—Sí, tengo una corrida muy buena, preciosa.
—¿Se ha puesto en contacto la empresa de Las Ventas con usted?
—En los próximos días va a venir Florito, quizá para algún desafío. Ojalá pueda ser, porque los toros valen.
—Sorprendedor fue uno de los ejemplares que se recuerdan tras su triunfo en la Copa Chenel.
—Ese toro me ha dado mucho, me hizo muy feliz. El próximo año también estaré en la Copa, que ha sido una de mis grandes satisfacciones.
—Ahora sólo falta que le salga algún Guitarrero, como aquel famoso de El Cid.
—Ese es uno de los toros más bravos que he visto en mi vida. ¡Qué maravilla! Y qué difícil que salga un animal así, pero esa es la meta.
—¿Vale la pena entonces tanto sacrificio?
—Los sueños no tienen precio. Lo volvería a hacer. ¿Sabe qué me impulsó definitivamente a comprar lo de Concha y Sierra?
—Adelante, cuente.
—Hay un manuscrito del siglo XIX de Celsa de Fonfrede, la mujer de Fernando de la Concha y Sierra, en el que pide a los aficionados que mantengan su ganadería para que nunca acabe en el matadero. Yo no podía consentir que eso pasara con la casta vazqueña.
—Otrora era muy apetecida por las figuras.
—La mataron Joselito, Manolete y Belmonte, que cuentan que se quitaba el sombrero cuando pasaba por la casa de la ganadera.
La historia de la mítica divisa de Concha y Sierra sigue ahora en manos de José María López, que ha salido a su rescaste. Como el hierro de Hernández Pla. Para quitarse el sombrero cuando un hombre del siglo XXI apuesta por el oficio más difícil: criar toros bravos cuando más cuesta.
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