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ABC Cultural

FEria de Salamanca

Diego Ventura enloquece antes del diluvio en una buena corrida de Sánchez

El rejoneador corta dos orejas antes de la suspensión (con buen criterio) en el cuarto por el mal estado del ruedo tras el aguacero

Bronca para Morante en la tarde de los salmantinos

Diego Ventura, a lomos de Quirico, un bello caballo alazán de enorme corazón BMF
Rosario Pérez

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A lomos de Oro Negro recibió Diego Ventura a Flor de Lis, al que puso un rejón de castigo al estribo. Y otro más. Manseaba el de Ángel Sánchez, al que cosió sobre Quirico a dos pistas hasta meterse por dentro en terrenos del ... 4. Lanzó el caballero el sombrero y siguió toreando templadísimo. Con raza y, a la vez, con descomunal armonía. Le costó batir con Nivaldo por la espera del animal. Y se metió en los mismísimos terrenos de Flor de Lis con Bronce. Merititísimo, torerísimo. Porque 'ísimo' es el toreo de Ventura. Cuando le quitó la cabezada, los tendidos -cubiertos en tres cuartas partes- enloquecieron. Quería morder al toro Bronce. Aquello era un delirio. Y con el bayo, sin una sola pausa, volcanizó la plaza con las cortas. En distancias más cortas aún. Qué barbaridad. Pinchó antes del rejón definitivo, pero no importó: las dos orejas se pidieron con auténtica fuerza para el maestro a caballo de La Puebla, indiscutible triunfador de una tarde suspendida en el cuarto por el mal estado del ruedo tras el aguacero.

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