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ABC Cultural

López Simón triunfa en la primera corrida de la nueva normalidad en Ávila

El Calita corta una oreja y Finito deja detalles de gusto con una manejable corrida del Vellosino en una plaza con metro y medio entre espectador y espectador y el uso obligatorio de mascarillas

Paseíllo en la nueva normalidad
Rosario Pérez

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Vieja normalidad en la nueva normalidad. Los líos de corrales de siempre, «las cosas de los toros». Las de siempre. Ni más ni menos. «Es una responsabilidad dar la primera corrida», comentó el empresario, José Montes, el primero que se ha lanzado a dar un ... festejo. «Queremos toros y se agradece que se den, a ver si se animan las figuras», dijo un espectador tras pasar por taquilla tras lamentar que se hubiesen agotado las entradas para jubilados, cinco euros más baratas que la general de 30. Y un ambiente extraño, con metro y media de distancia entre espectador y espectador. «Oiga, al punto verde», dijo una acomodadora a un joven del tendido par que se separase de su compañero. «¡Pero sí compartimos habitación en el hotel!», respondió mosqueado. «Son las normas de la Junta», dijo la acomodadora, en funciones de «policía» por una tarde, perdón, noche. Nocturna la primera corrida del postconfinamiento, aunque a las nueve aún se pintaban las rayas. A las nueve y pico se regó la plaza y, con unos siete minutos de retraso, arrancó el paseíllo.

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