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ABC Cultural

EL PUERTO

Morante y el sueño imposible de una noche de verano

Petardo de fábula con una corrida de Prieto de la Cal sin poder ni casta y la salida de un sobrero de Parladé por arte de magia. Lo mejor: las dos horas de metraje y los banderilleros

El jabonero echa las manos por delante en el capote de Morante de la Puebla Paco Martín
Rosario Pérez

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Llegó Morante de la Puebla en coche de caballos a la Plaza Real. Todo a la antigua usanza, desde la montera y las patillas dieciochescas al terno celeste en raso, con bordados en seda azul Rey (Joselito) y verde Esperanza (Macarena). Cuando pisó ... la arena, una explosión de júbilo recorrió los tendidos de una Fiesta de otrora condenada a cien años de soledad. Solo Morante se ha atrevido a romper esta temporada –ya veremos la próxima– aquellas cadenas de los encastes en peligro de extinción, de la sangre que ha nutrido de glorias una tauromaquia desconocida para los ojos de hoy.

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