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ABC Cultural

Faena a placer de El Juli en noche de triunfo con El Fandi en Granada

El madrileño pincha la mejor obra a ‘Toledano’, un gran toro de Santiago Domecq

El Juli, en un pase de pecho Afp
Rosario Pérez

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A placer toreó El Juli. Gozó el torero y gozó el público con aquella faena a ‘Toledano’, que no tuvo sello de Castilla, sino del Sur. Un aroma de gusto y naturalidad con un toro de Santiago Domecq que lució su fenomenal embestida ... desde los lances del saludo, con brío y largura. Traía este ‘Toledano’ una cara de aire antiguo y, sobre todo, fijeza y alegría en cada cite. Cierto es que en el encuentro en el caballo no se le picó «ni para un análisis», que diría el 7 venteño. El madrileño brindó un torero prólogo y regaló un cambio de mano cumbre. Muy inteligente, sometió al bravo en las tandas, en las que combinó muletazos mandones en los que barría la arena con otros de máximo relax. Hubo dos naturales monumentales, vertical y a pies juntos, con guiños ‘vazqueños’. Y ‘Toledano’ , ya con una larga y rotunda faena en lo alto, continuaba planeando. Solo en los últimos compases abrió la boca el sensacional ejemplar, con un soberbio maestro enfrente. Cuando parecía avecinarse el final, un pectoral abrió de nuevo la senda de la cuchara, muy derechito, gustándose y recreándose en un redondo invertido, rematado con el de pecho y la firma. Y otro más, eterno. Era faenón de premio gordo, pero pinchó. Enrabietado, El Juli golpeó las tablas: no se puede matar tan mal tras una obra tan inmensa. La gente se lamentaba en el tendido: «Lástima, era de rabo», se oyó. Pero todo quedó en saludos y una gran ovación para el toro.

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