César Rincón, el diestro que subió a la cumbre del toreo en 48 horas
En 1985, un jovencísimo César Rincón llegaba a España, con tan sólo 15 años, con el sueño de abrirse camino en esto de los toros… ¡y «por derecho» bien que lo consiguió! Su consagración y el momento de mayor esplendor de toda su carrera ... llegaron en dos tardes históricas de la Feria de San Isidro de 1991, cuando consiguió salir por la puerta grande durante dos días consecutivos.
Una hazaña que repitió un mes más tarde junto a Ortega Cano en la corrida de la Beneficencia , y por cuarta vez en octubre . Un hito este, el de abrir cuatro veces en la misma temporada la puerta grande de Madrid, que no había conseguido nadie en la historia del toreo y que no fue superado hasta 2007.
«El caso es que este nuevo César del toreo vino a abrirse camino por derecho. Valiente hasta la saciedad, voluntarioso hasta extremar el tesón, más siempre serio, sobrio, enterado, torero, muy profesional», decía ABC de una primera tarde en la que compartió cartel con Curro Vázquez y Armillita Chico , y en la que impresionó por su enorme «valentía» y, sobre todo, porque un «coco que le funcionaba con rapidez. Se le veía inteligente con el toro».
La apoteosis se desató en los tendidos cuando el último toro de la tarde se derrumbó sobre la arena. Los aficionados cubrieron inmediatamente de pañuelos la plaza y el torero de Bogotá se mostró pletórico de alegría, primero, y visiblemente emocionado, hasta la lágrima, después: «Ha sido el esfuerzo de muchos años, que nadie me puede quitar ahora. Esta felicidad que siento en estos momentos no la cambio por nada del mundo. Es mía y sólo mía», dijo Rincón antes de ser izado en los hombros .
La segunda tarde de gloria
No le dio tiempo a Rincón a bajar del cielo, porque al día siguiente, el 22 de mayo, volvió a poner Las Ventas del revés con una entrega grandiosa. El éxito del día anterior reforzó el cartel, que ese día contaba con, además del torero colombiano, con Espartaco y Ruíz Miguel .
Rincón demostró una sobrada seguridad en sí mismo, aceptando con agallas y humildad la posibilidad de «devolver» la gloria ganada el día precedente cuando no era necesario, pues ya había conseguido lo suficiente como para entrar en las ferias españolas y volver a su tierra con una cotización altísima. Él, sin embargo, quiso buen hacer con el capote «que la hazaña no había sido fruto de la casualidad o la sorpresa».
Admirable faena la del tercero, que fue superada incluso en el sexto: «su principal virtud es el valor, que nace del conocimiento» o «magnífico detalle el de poner los engaños por delante, embarcando las embestidas y, mejor todavía, el remate de las suertes, dejando la muleta en la cara para relacionar las unas con las otras», fueron algunas de las cosas que dijo ABC de la artes del diestro en el sexto toro de aquella segunda tarde, que rodó a los pies de Rincón. «De nuevo los tendidos se nievan, repletos de pañuelos».
« Esto es lo mismo que soñar despierto dos veces seguidas », gritaba Rincón con la emoción visibles en su rostro, antes de volver a ser izado a los hombros. Consideraba que ya había tocado el cielo. Ni por un instante pasaba por su cabeza el hecho de que abriría la Puerta Grande de Las Ventas, destinada a los más grandes, otras dos veces más antes de que acabara el año. Y lo hizo.
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- 2ª Puerta Grande : «Cesar Rincón ha escalado la cumbre del toreo en 48 horas» (mayo)
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- 4ª Puerta Grande : Madrid volvió a entregarse al nuevo César del toreo (octubre)
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