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ABC Cultural

La bendecida misión de Ponce

El maestro corta dos orejas a un gran toro al compás de las notas de Morricone

Enrique Ponce en Santander Juan Manuel Serrano Arce

ROSARIO PÉREZ SANTANDER

Y Enrique Ponce mojó el agua, como cuando cantaba el Lebrijano, según García Márquez. Si el flamenco de leyenda se atrevió con las Bienaventuranzas por bulerías, el torero de leyenda rompió la pana con una artística faena , a la que incorporó la banda ... sonora de «La Misión». Mucha música tuvo la letra y el fondo de su toreo, con el que se deleitó y deleitó al público al compás de las notas de Morricone con un toro superior. «Bendecidito» se llamaba. Y una bendición de toro bravo fue, con una calidad mayúscula. Clase en bandeja le sirvió el maestro de Chiva, que interpretó una obra con tandas despaciosas por ambos pitones, elegante siempre, desmayado, ralentizando las embestidas.

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