Padilla recibe el alta y ya piensa en su temporada americana
Se prevé que el torero pueda reaparecer en su temporada americana
abc
El diestro jerezano Juan José Padilla ha recibido hoy el alta hospitalaria tras la intervención a la que fue sometido ayer para corregir una disfunción del oído medio izquierdo y mejorar así la audición, consecuencia de la gravísima cogida que sufrió en Zaragoza ... en octubre de 2011.
Según han explicado los doctores Francisco Esteban Ortega y Alberto García-Perla García, del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, "el postoperatorio inmediato ha transcurrido favorablemente y sin complicaciones".
Los especialistas han subrayado que Padilla precisará de un "reposo relativo" que dependerá de las próximas revisiones, aunque se prevé que pueda reaparecer en su temporada americana .
El torero ha mostrado su satisfacción porque "se ha dado un paso importante" y espera que poco a poco pueda recuperar la audición natural y consiga, incluso, quitarse el audífono, aunque ha admitido que debe ir "paso a paso".
Ha explicado que guardará reposo absoluto en los próximos días y ha mostrado su ilusión por poder cumplir los compromisos profesionales que le aguardan en ruedos americanos.
El primero de esos compromisos es el 2 de noviembre en México, país que visitará, además de Perú y Venezuela, dentro de la temporada americana.
Antes de abandonar el hospital, Padilla ha hecho público su agradecimiento a los doctores responsables de su operación, así como a los directivos del hospital.
Se trata de la tercera operación a la que se somete en este centro, después de que en julio de 2012 ingresara para ser intervenido del oído izquierdo y en marzo pasado se sometió a otra para corregir la desviación de la mandíbula.
Pero la operación más trascendental practicada al torero de Jerez se realizó en el área de Traumatología del hospital Virgen del Rocío de Sevilla en noviembre de 2011.
En aquella intervención se le injertó en el rostro un nervio extraído de la pierna del torero para recuperar la expresión y la movilidad del lado izquierdo de su cara, que quedó inicialmente desfigurada por la grave cornada que le entró por la base del cráneo saliendo por la cuenca del ojo izquierdo, que le tuvo que ser extirpado algunos meses después del percance.
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