Bildu sí quiere toros (ensogados) en el carnaval de San Sebastián

El regidor Juan Karlos Izagirre, incorregible en su veto a la Fiesta española, negó ayer lo absurdo de su postura. «Tenemos claro las diferentes utilizaciones que se pueden hacer de los animales, y la sokamuturra no la comparamos en absoluto con las corridas de toros», enunció el alcalde en rueda de prensa. Pero la oposición ahondó en el sinsentido al revelar que Bildu «incluso anima a acudir disfrazado» a la plaza de la Trinidad, donde tendrá lugar la suelta de animales ensogados. El espectáculo estará además «amenizado por la banda municipal de txistularis».

El portavoz socialista se preguntó lo que la mayoría: «¿En esta ocasión no se está jugando con animales, con reses bravas para deleite y disfrute del personal?». Y hubo de recordarle al primer edil que en esta modalidad, que sí gusta a los radicales abertzales, «el animal va atado con una soga, sufre patadas, golpes o se le tira del rabo».

Lo cierto es que Bildu ya organizó en septiembre una «sokamuturra» similar para conmemorar las «Fiestas Vascas», precisamente apenas unos días después de decretar unilateralmente el fin de la feria en Illumbe y aprovechando el vencimiento del contrato con la familia Chopera. La suelta del toro ensogado tuvo lugar entonces en la plaza de la Constitución, que ahora el alcalde trata de rebautizar como plaza Nueva. Sin pretenderlo, la coalición subrayaba el fuerte arraigo de los festejos taurinos en el público y la cultura vasca. A la convocatoria acudieron numerosos aficionados del ruedo, huérfanos ante el odio enquistado de Izagirre a todo lo que simboliza España y cuyo veto pretende llevar hasta el final, por más que la oposición al completo –Bildu tiene ocho concejales de veintisiete- le ponga en el espejo. Igual que ha ocurrido en Cataluña, donde han prohibido las corridas por su simbología española mientras potencian los bous-al-carrer.

Tras el rejón endosado por los gobernantes «abertzales», los grupos de PSE, PP y PNV se han unido en los últimos meses tratando de poner cordura y apostando por la continuidad del toreo en una ciudad por la que la que en los últimos 15 años han pasado casi un millón de aficionados. En ese tiempo, el coso de Illumbe ha generado un impacto económico de7,8 millones de euros anualesdurante la Semana Grande.

La oposición, que suma mayoría, incluso aprobó en diciembre los precios para alquilar las instalaciones municipales de Illumbe en verano. Se mandaba así el mensaje de que debe ser el mejor postor quien arriende la plaza, en respeto de la libre concurrencia. La empresa Serolo oficializó su oferta de reserva justo poco después de que se aprobaran los precios públicos.

Pero la decisión de Bildu de enterrar la Fiesta es firme y acto seguido anunció que no alquilará a ningún empresario taurino y priorizará otro tipo de eventos, aunque no dejen beneficio a las maltrechas arcas municipales. Según informó el Diario Vasco, el plan preferido por el consistorio bildutarra pasa por seis días de actividades orientadas al público infantil, con magos, payasos y deportes rurales. Un programa alejado y del todo incompatible con la celebración de las tradicionales corridas.