Compañía Nacional de Danza: entre luces y sombras

Obviando esta circunstancia -que es mucho obviar, puede pensar alguien-, hay que decir que lo que se ve sobre el escenario es un espectáculo serio, como no podía ser de otra manera, pero de desigual atractivo. Incluye cuatro coreografías con un color dominante: Jirí Kylián y sus 'sucesores' Nacho Duato y el dúo Sol León-Paul Lightfoot. Estos tres se formaron junto al coreógrafo checo en el Nederlands Dans Theater, compañía que fue mascarón de proa de la danza internacional en las últimas tres décadas del siglo pasado.

'Bella Figura' es un hermoso ejercicio escénico en el que Kylián juega con las formas, la luz, los volúmenes, los colores... y lo hace con maestría, apoyado en la música de autores como Mozart y Pergolesi, que aportan la calidez que no transmite el escenario. 'Morgen' es la pieza con la que Nacho Duato ha vuelto a la compañía que dirigió durante veinte años; se recupera así a uno de los mayores talentos de la coreografía española reciente. Pieza tenebrosa, con el suicidio como telón de fondo, la grisura no solo está en su temática, sino también en la forma. 'Sad case', de Sol León y Paul Lightfoot, tiene un planteamiento originalísimo, que mezcla primitivismo, danza contemporánea y ritmos latinoamericanos, para conformar un trabajo lleno de humor y musicalidad. Completa la velada (que muestra el excelente nivel actual de la compañía) un bello paso a dos que Andrea Schermoly creó para Joaquín de Luz y Maria Kochektova, que lo bailaron también en el Real, sobre las cinco fases del duelo que estableció la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross.