El timbre

Es responsabilidad política que nazcan niños. Que la gente pueda tenerlos. Y que alguien los cuide al irse las madres a trabajar. Victoria Kent, aparte de su oposición al voto femenino frente a Clara Campoamor (que bastante se le ha recriminado), tenía otros pensamientos como salidos de una caverna (y no la de Platón). En el 'A fondo' en el que participó Victoria Kent en 1979 le preguntó Soler Serrano si era feminista. Que no. Y le parecía mal que las mujeres tuvieran hijos, los mandaran a la guardería y se fueran a trabajar. Que para eso no los tuvieran.

He leído algo precioso sobre niños en un artículo de 'El País' a propósito de las viejas viviendas construidas para los ferroviarios. «Hay picos de natalidad», dice un profesor jubilado de Sociología. «Y ahora estamos en uno. Lo sé porque vuelve a suceder aquello de que te llamen al timbre de casa, salgas y no haya nadie. Y eso da mucha alegría». Aunque una es más de alegrarse como W. C. Fields: «Ah, escuchar esos pequeños pasos andando por la casa. No hay nada como tener un enano de mayordomo».