Muere Antonio Zancajo, guitarrista de La Mode y Paraíso
El músico también fue realizador de Televisión Española
El Zurdo: «Cuando el mundo está a punto de irse al garete, a mí me van bien las cosas»
La Mode, con Antonio Zancajo en el centro
El guitarrista Antonio Zancajo, personaje fundamental de la Movida madrileña y miembro de los grupos Paraíso y La Mode, ha fallecido a los 70 años tras una larga enfermedad. Entre finales de 1978 y comienzos de 1979 fundó la banda (ahora) de culto Paraíso ... junto a Fernando Márquez El Zurdo (que acababa de disolver Kaka de Luxe), Mario Gil (teclados), Gregorio Pérez (bajo), Enrique Sánchez (guitarra) y Paco Díez (batería), con los que actuaría en eventos clave del movimiento como el concierto de homenaje a Canito en la Escuela de Caminos, así como en salas como El Sol, Teatro Alfil, Teatro Martín, El Escalón, y también en el Centro Cultural de Prosperidad y la Plaza Mayor.
Lanzaron un EP con la mítica 'Para ti' y grabaron un sólo disco con Zafiro que no llegó a publicarse en su momento por conflictos con la compañía discográfica, y que finalmente vio la luz en 2015 de la mano del sello Lemuria, que lanzó una edición limitada de 300 copias en vinilo más tres CD con singles y EPs, y después otra vez en 2020 a través de Munster. En junio de 1980 grabaron cuatro canciones para el programa musical Popgrama de Televisión Española: 'Makoki', 'Vacaciones en la Morgue', 'Carolina' y 'Lipstick', producidas por Carlos Tena y publicadas en 1983 por el sello Nuevos Medios en un EP semi-pirata ya que aún pertenecían a Zafiro.
Paraíso se disolvió en marzo de 1981, y poco después, El Zurdo, Antonio y Mario Gil fundaron La Mode, un proyecto que alcanzó mayor repercusión. Debutaron en la Escuela de Caminos de Madrid el 12 de diciembre de 1981, y unos meses después grabaron su primera maqueta con las canciones 'Cita en Hawaii' y 'Aquella chica'. El año siguiente lanzaron un EP y su primer álbum, 'El eterno femenino', que incluía su mayor hit, 'Aquella canción de Roxy'. Por el grupo pasaron varios bajistas: Juan Verdera (exbajista de UA, posteriormente en Derribos Arias), Almudena ‘Jane’ de Maeztu (bajista de Las Brujas, más tarde en Alphaville), y en 1982 Álvaro Cárdenas (hijo de Gloria Van Aeersen, mitad del dúo Vainica Doble) quedó como miembro estable de la formación aunque sólo como colaborador, lo cual quedó plasmado en las fotos de la banda, siempre con el trío Zurdo, Zancajo y Gil.
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Tras un segundo EP titulado 'Intenciones/Negro y Amarillo/Asuntos Exteriores' en 1983, aprovechan la llegada del año 1984 para rendir homenaje a la obra de Orwell con un segundo elepé llamado '1984', que a pesar de contener canciones que se hicieron conocidas como 'En cualquier fiesta', no tuvo las ventas esperadas. A los pocos meses El Zurdo dejó el grupo (aunque se dice que tuvo problemas personales y sus compañeros no quisieron esperarle) y se convocó un concurso en Radio3 para encontrar sustituto, siendo elegido Daniel Ballester, un joven manchego que cantaba y tocaba la guitarra en un grupo de pop de Ciudad Real. En esa época compusieron la sintonía del programa Caja de ritmos, de TVE y editan el mini-LP titulado 'Lejos del Paraíso'. Es en 1986 cuando la banda llega a su final tras el lanzamiento del disco que sería canto de cisne, 'La evolución de las costumbres'.
En 1994, el sello Nuevos Medios editó un triple CD recopilatorio con todas las grabaciones de La Mode con Fernando Márquez mas cuatro canciones de Paraíso, tras lo cual la formación dio un par de conciertos, uno en Madrid, en la sala Revolver y otro en el barcelonés Apolo.
Antonio Zancajo, gran admirador del jazz y de la obra del guitarrista de King Crimson, Robert Fripp, también trabajó como realizador en Televisión Española y otros medios, y en 2014 tuvo un fugaz regreso a la música con un grupo llamado Robots y Japonesas (guiño a la letra de la canción 'El eterno femenino') junto a Mario Gil, para telonear a Un Pingüino En Mi Ascensor, grupo al que se unió Gil después del fin de La Mode. Por su parte, Gil emprendrió una carrera de músico de sesión, productor y arreglista, y autor de jingles publicitarios y sintonías musicales para televisión, trabajando para programas muy populares como El Precio Justo o El Informal. Por su parte, El Zurdo recuperó su antiguo proyecto de Pop Decó, formó un nuevo grupo, Proyecto Browning, y continuó con su labor literaria.
«Hablar de Antonio Zancajo siendo un buen amigo suyo es tarea fácil, ya que era y es (sigue vivo en mí) una buena persona», declara Mario Gil a ABC tras la muerte del guitarrista. «Un espíritu libre que marcó mucho el ritmo de nuestro grupo Paraíso. El caos y la libertad de llevar a cabo el día a día de los ensayos de la banda hizo que ganásemos el apodo de hippies. Su empeño en debatir los aciertos y los errores de los ensayos con los botellines de cerveza en La Campana o en el Melos de Lavapiés era casi una religión. Él hizo todo lo posible para que un grupo de desconocidos nos juntásemos a través de un anuncio en Onda 2 y nos convirtiéramos en amigos que a la fuerza debíamos entendernos. Antonio era ese amigo conocedor de la vida se empeñase en que al juntarnos en ese local de ensayo cochambroso fuésemos una banda. Le conocí con barba, que le daba un aspecto de señor serio y respetuoso. Nada que ver con su forma de tocar sus guitarras. Su estilo es de la vieja escuela, Eric Clapton era su referente. Sus arpegios creo que definieron un estilo muchas veces imitado y pocas veces superado. Cuando más me gustaba escucharlo tocar la guitarra era con su acústica de doce cuerdas que tenía por casa. Echo de menos esas reuniones donde iba tocando su repertorio de clásicos que iba desde The Byrds a The Beatles pasando por The Shadows o Los Brincos».
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A nivel personal, dice Gil, «Antonio fue un amigo que me enseñó a defenderme en la vida, a ser buena persona sin complejos y poco a poco despojarme de mi timidez extrema. Un espíritu libre que desafiaba en todo momento lo establecido. Lo siguió haciendo hasta sus últimos días. Quiso vivir la vida que se quiso marcar, y lo consiguió, el muy cabrón. En estas tres últimas décadas nuestros caminos se separaron pero siempre existía el teléfono que servía de citación para algún concierto, cumpleaños o quedada para celebrar el nuevo año en el Sidney de Francisco Silvela. Siempre mantenía viva la llama de una posible colaboración entre los dos para sacar ese disco instrumental que tantas vueltas ha dado desde que vimos el excelso resultado que dieron el "Feliz Año Nuevo" que abría nuestro disco 1984 y algunas sintonías que compartimos. Como dije al comienzo, se nos fue una buena persona».
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