Giras de despedida: el gran negocio del último adiós (musical)

Las suspicacias son cada vez más grandes cuando un artista o una banda anuncia su retirada, ¿hay razones?

El gesto de nobleza de Miguel Ríos tras un concierto: «¡Qué tío más majo!»

Andy & Lucas se separan por un problema de salud

Miss Caffeina es otro de los grupos que ha planteado una «gira de despedida» con posibilidad de regreso abc

Nacho Serrano

El tongo de «la última gira» existe desde que el pop es pop. El fenómeno dio un salto cualitativo cuando las leyendas de la música entraron en la tercera edad con el cambio de siglo y empezaron a especular con su adiós por ... temor a no llegar con fuerzas al siguiente tour, especialmente en el rock clásico, con casos flagrantes como Scorpions o KISS, Miguel Ríos o Tequila, que han repetido la cantinela de la despedida hasta lo hilarante. Pero últimamente, este reclamo con eco mediático garantizado se está viendo en cualquier terreno musical, incluido el pop mainstream (el mismísimo Ed Sheeran tiró de esta triquiñuela en 2019) o el reguetón, con retiradas que cuesta mucho tomar en serio como la de Nicky Jam, y también, y de forma notoria y sorpresiva (por su relativa juventud) en lo que se ha venido llamando «escena indie».

Lo importante, lo que une a la gran mayoría de artistas que anuncian que se retiran, es que programan el momento para después de hacer caja una última vez con la excusa de «dar la oportunidad» de despedirse a los fans. En las ocasiones en que hay descarado truco publicitario, el artista de turno ya está empezando a tener que afrontar la burla generalizada en redes, e incluso alguna que otra pullita de colegas de profesión.

La más reciente ha llegado de parte de Rayden, que también está inmerso en su 'au revoir' particular antes de lanzarse a una carrera literaria: «Lo mío no es como esos grupos que dicen «lo dejo» para vender entradas y luego aparecen en solitario. Ni como esos grupos que anuncian su retirada y hacen una gira de despedida de teatros, otra de estadios, otra acústica, otra sinfónica (risas)… Me encanta hacer el paralelismo de esto con la gente mayor que cada día que pasa celebra estar muriéndose un poco cada día, y que su sueño húmedo es morirse y poder ver por un agujero cómo los demás lloran en su entierro, para luego reaparecer como diciendo «tranquilos que aquí no ha pasado nada». Yo no quiero arrastrar el muerto».

Todo el mundo ha entendido la primera parte de la disertación de Rayden como una crítica a Mikel Izal, que efectivamente disolvió su grupo Izal tras una gira de despedida el año pasado, para justo después acometer el arranque de su carrera en solitario. «El caso misterioso de Izal… una supuesta banda que es en realidad un solista que dice que se separa para vender una gira de despedida y luego anunciar disco en solitario. ¿Marketing sin escrúpulos? ¿Morro? ¿Se ríe de todos? Este domingo en cuarto milenio», ironizaba al respecto el usuario de Twitter Pablo Fugitivo. «Os reís mucho de la despedida de Izal, pero mi madre fue a un concierto de la gira de despedida de Miguel Ríos embarazada de mí», bromeaba otro de los muchos tuiteros que entraron al trapo.

Después de la pandemia han anunciado su retirada algunas grandes figuras de la canción como José Luis Perales, Lorenzo Santamaría o Joan Manuel Serrat, del punk y el rock urbano como Siniestro Total, Extremoduro o la Polla Records, y tropecientos grupos de la órbita independiente: Second, Full, Poncho K, Grises, Mafalda, Futuro Terror, El Columpio Asesino, Desakato, Carlos Chaouen, Fundación Tony Manero, Cesk Freixas, Arnau Griso, La Cabra Mecánica, Miss Caffeina… Lo curioso es que en muchas de las notas promocionales que anuncian el fin de estas bandas conviven las frases antagonistas «gira de despedida» y «por un tiempo», con una ambigüedad intencionada para dar pie a titulares llamativos, y que plantea sin rubor el doble juego de dar la última oportunidad para verlos sin dejar de tomar la precaución de no sonar demasiado rotundos para que el ulterior regreso no sea motivo de mofa. Así lo han hecho también los protagonistas de la última retirada que ha conmocionado la escena musical española, Andy y Lucas. El dúo gaditano ha levantado una enorme vorágine mediática para anunciar sus últimos conciertos, en los que van a cambiar los escenarios de las fiestas de pueblos por los de los recintos más insignes, incluido ese objeto de deseo llamado Wizink Center que se ha convertido en centro neurálgico del fenómeno de las despedidas (se diría que más de uno anuncia que se retira para poder tocar allí). Pero han deslizado sutilmente que si Lucas mejora de su enfermedad, no dudarán en volver a la carga. Y es que de todos estos artistas, seguro que la mitad estará volviendo en menos de un lustro y la otra mitad en menos de dos. Miren si no a Nudozurdo o Standstill, que ya están de regreso después de haberse despedido de sus seguidores en 2018 y 2015.

Una de las últimas despedidas sonadas que se han anunciado ha sido la de La Pegatina. Titulada 'Hasta Luego Mari Carmen', tendrá como punto culminante una cita en el Wizink Center en octubre de 2024, donde los catalanes «se despedirán de su público con un concierto único y especial», frase a la que, de nuevo, sigue esta otra: «Nos vamos a dar un descanso en 2025». Otros que tal bailan son Danza Invisible, que han tenido la sorna de ponerle a su gira de despedida el nombre de 'Sin decir adiós', no sabemos si con ironía o para jugar con el vocabulario que rodea al fenómeno del negocio de eso, del adiós, rematando la faena con el mismo nivel de contradicción en sus declaraciones al anunciarlo: Por un lado dicen «vamos a hacer un último esfuerzo por toda España para despedirnos de los fans», y por otro, que necesitan «tiempo para replantear el futuro del grupo y componer». ¿En qué quedamos?

Queda claro que los términos «despedida» o «retirada» cada vez están más desvirtuados, y son ahora una herramienta de marketing más en una industria del directo en la que un simple parón se convierte en excusa para abrir la veda del 'todo vale' para meter en la cabeza del público que debe estar allí, en la 'despedida', que merece la pena gastarse la pasta antes de perderse ese momento único con su artista, ese concierto histórico del que poder alardear en redes sociales. Igual que cuando pongan a la venta las entradas de su regreso.

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