EL DISCÓBOLO
Hurts
«Happiness». Sony. Septiembre 2010. 14,95 euros
Resultaba bastante extraño que, entre tanto revival ochentero, nadie se hubiera animado a saquear el aseado sepulcro de los nuevos románticos. Calma, ya está aquí el atildado dúo de Manchester «Hurts» para llenar ese abisal agujero y solventar el agravio.
Internet, inagotable agente vírico capaz ... de propagar el humo incluso antes de que se prenda la primera cerilla, convirtió hace unos meses a Hurts en un pequeño fenómeno con sólo una canción: la apañada «Wonderful life», un melodrama «synth pop» que recordaba a Depeche Mode triturados por Take That o a unos Erasure empastados con Spandau Ballet.
Eso de besar el santo antes de haber tomado siquiera la salida alimentó hasta el sobrepeso el recelo sobre la autenticidad de una propuesta en la que la música parecía estar al servicio de una calculada imagen y de una cuidada puesta en escena promocional (ya saben: «el concepto es el concepto», que diría Manuel Manquiña). A pesar de que el personal ha estado entretenido con todo tipo de confusa rumorología sobre su gestación, su debut se ha hecho de rogar demasiado, y no acaba de resolver las comprensibles dudas.
En «Happinnes» , título de inequívoca vocación irónica, hay sobredosis de insustanciales baladones baladís recubiertos de nubarrones sintéticos. Una jugada dudosa, porque curiosamente resultan mucho más convincentes cuando deciden soltarse algo el engominado pelo, como en la estupenda «Sunday» o en la jugosa «Better than love». Ser aptos tanto para fashionistas con blog como para radiofórmulas rayadas les ayudará a esquivar los primeros bocados del insaciable monstruo del «hype», pero lo cierto es que necesitan con urgencia acompañar tanto estilo con algo más de tela que cortar, en definitiva, concretar un discurso en el que elegante y emocionante no sean términos antitéticos.
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