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Iván Ferreiro: «Ya nadie arriesga por músicos y escritores»

El artista compone junto a César Pérez Gellida tres temas inéditos para la banda sonora de «Versos, canciones, y trocitos de carne», una de las obras de novela negra más aclamadas por la crítica y el público

Iván Ferreiro: «Ya nadie arriesga por músicos y escritores» abc

inma zamora

A César Pérez Gellida bien se le puede definir como una de las mejores y más talentosas plumas de la escena literaria. Su triología «Versos, canciones y trocitos de carne» , formada por los volúmenes «Memento Mori», «Dies Irae» y «Consummatum est» ... es una de las obras de novela negra más aclamadas por la crítica y el público. Y no es para menos. Un thriller que engancha desde el primer momento, unos personajes trazados con perfección y detalle, un argumento exquisito... En definitiva, uno de esos libros imprescindibles, de los que enganchan hasta tal punto que hacen lamentar mil veces haber llegado tan rápido al final.

Para lograr ese todo perfecto Pérez Gellida se sirve de los versos y la música, con los que consigue transmitir la historia y los sentimientos de Augusto Ledesma , un sociópata narcisista, atormentado y asesino en serie que requiere de la música, entre otros elementos, para expresar sus sensaciones. Tras el éxito de esta triología de obligada lectura, el autor ha querido completar su obra con esas canciones que bien logran mostrar el sentir de Augusto Ledesma. Un total de 35 temas interpretados por artistas de la talla de Vetusta Morla , Enrique Bunbury , Love of Lesbian o Iván Ferreiro , con quien Gellida ha compuesto tres canciones inéditas para la trilogía. Ferreiro y Gellida: música y letra, melodía y palabra. Ambos artistas reciben a ABC en Madrid para charlar sobre canciones, literatura... y algún «trocito de carne».

—El éxito literario de César a estas alturas es indiscutible, ¿ha sido complicado el camino?

—César: En realidad, nunca tuve la intención de dedicarme a esto. Tenía un trabajo bien remunerado, de esos en los que incluso te llevas bien con tu jefe. Vivía bien. Empecé a escribir porque tenía tiempo para ello, sobre todo por las noches porque tengo problemas de sueño. Sin embargo, me di cuenta de que cada vez necesitaba más la escritura, así que comencé a robarle tiempo a mi ocio para seguir aporreando el teclado. En mi caso lo he tenido muy fácil para entrar al mundo editorial. El primer borrador que escribí llegó a Santillana, que lo publicó, y entonces el éxito vino solo.

—Otros escritores no lo tienen tan fácil...

—César: Lo peor para el nuevo escritor es que nadie conoce tu nombre. Para mi fue sencillo arrancar. En mi caso el éxito ha crecido como una bola de nieve aunque es cierto que, aunque he vendido muchísimos libros, la mayoría de la gente ni me conoce.

Demasiadas novelas

—¿Cuál es vuestra percepción de la escena literaria? ¿Hay cabida para todos o para unos pocos?

—César: Partimos de que en este país hay un problema y es que, durante mucho tiempo, se ha sobreeditado. En España se publican muchas novelas que venden menos de 500 ejemplares. Hay muy pocos autores que vendan por encima de los 30.000. Los problemas en la industria han provocado que las editoriales ya no apuesten por escritores que no tienen nombre. En su lugar, prefieren apostar por escritores más conocidos y asegurarse así la venta de un número de ejemplares suficientes.

—Al final, el mensaje para esos nuevos escritores es que aquí no hay sitio para ellos. ¿Pasa también en la música?

—César: En España se compra muy poca novela y, por desgracia, los escritores noveles solo acaban vendiendo entre su círculo más próximo.Para alguien que empieza desde cero es francamente complicado arrancar y hacerse un nombre. Antes las editoriales tenían gente que leía manuscritos, algo que no ocurre ahora, y eso que cada mes llegan miles de obras.

—Iván: Con las maquetas pasa lo mismo. Antes, gracias a un artista como Alejandro Sanz , que vendía dos millones de discos, podían salir grupos como Los Piratas. Había una partida para arriesgar, para probar. Ahora eso es del todo imposible, ya nadie arriesga por nuevos músicos o escritores. Hoy, quienes están en este mundillo lo hacen por amor al arte, porque necesitan expresarse, no por dinero.

—César: Lo que pasa es que los que nos dedicamos a esto queremos vivir suficientemente bien, no solo comer y poder comprar unos pantalones. Cuando dedicas tanto a una pasión como esta necesitas tener una compensación de algún tipo.

Dar placer estético

—Iván, en alguna entrevista ha asegurado que los músicos «son las putas de la sociedad». ¿Lo sigues viendo así?

—Iván Ferreiro: Yo llego a un recinto a cantar y, por tanto, a dar placer. Me pagan por dar placer, como las putas. Hay mucha dignidad en ello. De hecho, prefiero que piensen que soy una puta a que soy un genio.

—¿Con los escritores pasa lo mismo?

—César: La suerte que tiene Iván es que lo vive en directo. A mí ese placer me lo cuentan después, es un sexo jodido porque no estás ahí, te enteras a posteriori.

—¿Cómo ha sido la respuesta de los artistas ante la petición de participar en esta banda sonora?

—César: A todos les ha gustado el planteamiento. Nunca he querido demonizar a Augusto Ledesma. Es cierto que se puede caer en la sociopatía, pues no se nace siendo un sociópata. Lo que ocurre es que esas personas tienen un convencimiento de que hay un enemigo dispuesto a atacar. Ante eso, pueden hacer dos cosas: encerrarse o luchar contra él. A través de Augusto he tratado de dar a entender al lector los motivos por los que una persona cae en el pozo de la sociopatía. Cuando hablé con Enrique Bunbury sobre la novela me contó que se veía reflejado en Augusto, llegó a entender los motivos por los que cometía semejantes actos.

—Y ¿por qué ponerle banda sonora a «Versos, canciones y trocitos de carne»?

—César: Me encontré con un problema a la hora de explicar al lector lo que pasa por la cabeza de alguien que no es capaz de empatizar con el resto. Augusto tiene emociones, pero no las etiqueta correctamente. Se expresa a través de la poesía y la música. Es así como consigo que el lector entienda al personaje y sus emociones: la euforia, la pena...

Una experiencia única

—Han compuesto tres temas juntos, ¿cómo ha sido ese proceso de creación?

—Iván: Yo había leído la triología y me encantó. Llamé a la discográfica para entrar en contacto con César, le invité a casa y terminamos componiendo tres canciones.

—César: Ha sido una experiencia única. Iván y yo no nos habíamos visto jamás, pero yo le conocía a través de sus canciones. Participar en la composición escapaba a mi entendimiento, pero Iván lo puso muy fácil , pues detectó al instante lo que necesitábamos y cómo había que hacerlo.

—Iván: Amaro (Ferreiro) nos ayudó también muchísimo. No es porque sea mi hermano, pero es un verdadero genio. En la primera canción solo controlaba un poco, en la segunda metió mano y dijo lo que había que hacer... En la tercera pasó de mi y la escribió prácticamente junto a César

—¿Qué planes hay tras el lanzamiento del disco?

—César: Ya he publicado «Quimera» y en marzo saldrá «Sarna con gusto», que trata sobre el personaje de Sancho. Además, acabo de terminar el borrador de la siguiente novela, también sobre el mismo personaje y que tiene una línea argumental que enlaza todo, desde la trilogía hasta «Quimera».

—Iván: Estoy haciendo canciones en casa. En enero me puse a escribir y he estado componiendo para Raphael , Sergio Dalma ...algo que me apetecía mucho. A la gente puede parecerle extraño, pero yo escribo canciones y me gustaría poner música y palabras a cualquier cantante. Siempre he querido componer para otros, me encanta.

—¿Más que grabar sus temas?

—Iván: Sí y no. Empecé a componer porque quería grabar. De hecho, hacía canciones para tener algo que grabar. Fue después cuando le pillé el punto a escribir, algo que me encanta. Con el tiempo me he dado cuenta de que soy un músico y sé hacer otras cosas, me gustaría componer para otros, hacer bandas sonoras, continuar con mi disco... por ahora llevo diez temas, pero no es suficiente.

—Profesionalmente, ¿quién era Iván Ferreiro y quién es ahora?

—Iván: Durante muchos años pensé que cada disco que hacía sería el último. Que me dirían eso de: "Chaval fuera de aquí". Hace un rato que tengo la sensación de que me quedo. Mi carrera ha ido muy lenta, cosa que agradezco porque me ha dado tiempo a ver el paisaje todo el rato. Lo que me distingue del "otro" Iván es que ahora piso en firme, tengo seguridad en mí mismo y en lo que hago, sin inseguridades.

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