Iván Ferreiro: «Todos queremos una canción popular como el cumpleaños feliz»
El artista estrena «Historia y cronología del mundo», su último trabajo de estudio después de tres años
p. biosca
El relato de la humanidad contado a través de los ojos de Iván Ferreiro recorriendo la carretera de Benavente, en la que según él, se acaba resumiendo su día a día. Este es el germen de « Val Miñor-Madrid. Historia y cronología del mundo ... » (Warner Music), el nuevo trabajo del exlíder de Los Piratas tras tres años desde su último disco de estudio. Ciencia (« El Bosson de Higgs »), cine (« Alien Vs Predator ») y televisión (« Cómo conocí a vuestra madre ») se mezclan para dar un mensaje más luminoso que sus anteriores trabajos y que ha compuesto junto a su hermano Amaro entre viaje y viaje de gira, en carreteras, trenes y aviones. El resultado, catorce canciones ideadas a fuego lento, sin prisa, y con el amor como epicentro.
—¿Cuál ha sido el viaje hasta llegar a «Historia y cronología del mundo»?
—Es un viaje de gira. Desde « Confesiones de un artista de mierda » me pongo a tocar y me paso dos años de conciertos sin parar. Y en el medio, a Amaro, que es mi hermano y me sigue a todos lados, y a mí nos van pasando cosas. Escribimos todo eso y nos dimos cuenta de que nuestra vida pasa entre Val Miñor (Vigo), que es de donde somos, y Madrid, que es donde vivimos. Y pensamos ¿por qué no contar el mundo de alguien que está todo el rato por la carretera, desde Vigo hasta Madrid, pasando por Sevilla y luego por Barcelona, y luego a no sé dónde...? Es contar la historia del mundo, pero desde este mismo momento. No lo que pasó ayer, sino lo que está pasando ahora.
—Es muy ambicioso querer contar la historia del mundo desde tu única perspectiva.
—Claro, pero en el fondo es un juego que tiene que ver con que realmente el mundo, que es lo que yo percibo. Casi todos mis discos hablan de eso todo el rato. Y hay un montón de datos que tiene mi cabeza sobre ciencia, células, protozoos... pero, en realidad, solo experimento lo que vivo cada día: el café con leche por la mañana, la siesta, si llueve o hace frío, si estoy contento o triste... al final para mí el mundo es lo que yo percibo. Puede parecer poco solidario, pero todo lo demás me da un poco igual. Porque tengo que contar lo que veo yo para poder explicar el mundo.
—¿Y qué cambios ha habido en tu mundo?
—Rupturas sentimentales. El disco es un disco de amor, de alguien que se enamora y va contando cómo suceden las cosas.
—Val Miñor y Madrid. ¿Con qué te quedas de cada lugar?
—Los dos sitios son imprescindibles. De eso va. Para mi son mis dos casas. Son los lugares que equilibran mi mundo. Tengo a mi familia y a mis hijos en Galicia, a mi chica y a mis amigos y trabajo, aquí, y realmente voy de un sitio a otro y siempre echo de menos uno de los otros dos. Mi vida transcurre en esa carretera, ese avión y ese tren. Mi alma es la de alguien que no está en ningún sitio. Estoy en todos lados, pero en realidad estoy un punto «Val Miñor y Madrid son imprescindibles para mí. De eso va el disco»concreto del mapa que no tengo ni idea de cuál es exactamente.
—«Mentiroso, mentiroso» tenía formato de cómic, «Picnic extraterrestre» lo definiste como ficción; y ahora llega «Historia y cronología del mundo», que es algo así como un cuento...
—Más que un cuento es una especie de enciclopedia. Una enciclopedia absurda. La idea es que quien compra o roba el disco que al caer ante sus manos es una actitud ante la vida. La caja es la que te da el tono sobre lo que van a ir las cosas. Queríamos que hubiese humor, y que vieran que está hecho por gente que se divierte y se ríe. Eso no significa que lo de dentro no sea serio, aunque sea agradable y alegre. Se puede ser serio desde la diversión. Queríamos que se notara que nos lo pasábamos bien y que en las canciones están los datos importantes. Pero la intención es jugar con todo: los títulos, con el libreto, el tablero, para que juegues conmigo, tengas una sonrisa y después de eso, te pongas a escuchar el disco.
—Es cierto que se nota menos rebeldía en este trabajo que en discos anteriores.
—Sí. Hay varias razones. Una es que estoy más feliz de alguna forma, me he deshecho de algunos problemas que venía arrastrando. Y la otra es que nosotros hemos compuesto para soltar nuestros demonios en ellos durante mucho tiempo. De alguna forma nos hemos ido endureciendo del amargue de algunas canciones, porque necesitábamos soltar lastre. Cuando empezamos a hacer este disco teníamos varias opciones, y hacía mucho tiempo que queríamos hacer algo alegre, que tuviera luz y que no fuera deprimente. Y por otro lado nos dimos cuenta de que todo el mundo está de bajón, porque el mundo está raro, hay un montón de problemas... y podríamos habernos puesto a escribir sobre esos problemas, pero nos pareció que sería mejor hacer algo para olvidarse de ellos. Porque no podríamos decir nada que no se haya dicho y, además, cuando un músico habla sobre algo que esta en la calle, lo banaliza de alguna forma. Una frase que es gigantesca en la boca de una señora que la van a desahuciar se convierte en una gilipollez si la digo yo. Christina Rosenvinge decía que la melancolía es un mal de la gente que vive bien, que come y que tiene un sitio caliente para dormir. Está muy bien ser mensajero de las malas noticias cuando todo iba bien. Pero ahora nos apetecía más ser los mensajeros de las buenas noticias. Quedan cosas por vivir, emocionantes y que te pueden hacer disfrutar de la vida. Me gustaría que este fuera el disco que se pone la gente por la mañana para alegrarse.
—Muchos títulos de algunas canciones son referencias a obras de la cultura de hoy en día, tales como «Twin Peaks» o «Solaris».
—Intentamos hacer una transformación de las cosas que nos gustan. Hay unos párrafos limitados y, si metemos una referencia sobre algo que la gente ha visto, que tiene cuarenta horas de duración, pues de repente con tres palabras te estoy dando un «Con tres palabras te doy un mensaje mayor, y encima lo resumo»mensaje mayor. Y así consigo contar mi historia mejor y encima lo resumo. Por ejemplo, de «Twin Peaks» -otro título del disco- sabes que no es un sitio agradable, y la canción habla de que el héroe en el que me convierto porque conseguí salir de allí.
—¿Cómo te sientes con las versiones que otra gente hace de tus canciones?
—Es raro a veces. Otras veces te da alegría y placer. No sé, en una momento dado las canciones dejan de ser tuyas. Hoy, en concreto, dejarán de ser mías las de «Historia y cronología». Hasta hace un momento era algo privado, solo de unos pocos. Y ahora es el momento en el que tienes que dejar ese pudor y sacarlas a la luz. Después de eso, la canción tendrá vida propia, aunque quede un poco hortera decirlo, y cada una tirará para un lado, por otro... En realidad me gusta que me versionen, aunque el grupo me horrorice, aunque la idea instrumental me parece que no la haría en mi vida Me gusta pensar que alguien que no tiene nada que ver conmigo, mi canción le sirva para contar su historia. Eso quiere decir quee populariza, no en el sentido en que se venden más discos, sino que mis canciones, que eran para un público determinado, que a la gente de la calle le parecía raro, ya no parece tanto en la memoria de la gente. Yo solo espero que llegue el momento en que todos lo vean como algo normal, porque eso es lo que quiero, ser normal.
—Y no discriminas cuando te subes al escenario con alguien: Eva Amaral, Quique González, Dani Martín...
—No. Me gusta la música, tocar para la gente. no está para que me guste toda, esta para que elijamos. Ciertos tipos de música están pensados para gente que estén dispuestos a darle una segunda escucha, aunque luego se normalicen y lo escuche hasta la portera de tu casa. En el fondo todos queremos en algún punto acabar siendo canciones populares como el cumpleaños feliz y estar en la memoria colectiva de la gente. Ese es el fin último. No significa que te vayas a vender, pero es el fin último, gustarle a cuanta más «El fin último es gustarle a cuanta más gente, mejor»gente mejor.
—¿Conoces bien la sensación de que te critiquen por eso?
—Todas las veces me han criticado. Todos los años tengo una parte de besos y otra de bofetadas, pero es parte del trabajo. Hay algo que es muy importante entender, y es que uno no puede gustarle a todo el mundo. Y realmente muchas veces que digan cosas malas sobre ti es el principio de tu propia existencia. Recuerdo cuando empezaba con Los Piratas, que todo el mundo nos ponía bien. Creo que empezamos a existir cuando alguien dijo que eramos una mierda, porque estaban hartos de que nosotros.
—Y vosotros acabasteis hartos de algunas canciones. ¿Cuáles no te apetece nada tocar ahora?
—Estoy de «Farenheit 451» hasta las narices. Porque ahora no estoy en ese sitio. Ahora tenemos que empezar los ensayos con las canciones nuevas y veremos qué se queda y qué desaparece.
—¿Y volverán algún día Los Piratas?
—Nunca se sabe, pero en principio no. Ahora mismo no existe esa «En principio, Los Piratas no volverán»posibilidad.
—Pero no lo descartas absolutamente...
—Yo lo veo cerrado del todo, pero no quiero decir que no a algo cuando no sé que va a pasar en el futuro. La última vez dije que no iba a volver a estar con nadie y me enamoré rápidamente. Uno dice muchas cosas, y lo digo más por no saber si falto a la verdad o no. Mis planes inmediatos a largo y corto plazo no está eso.
—¿Cuáles son esos planes a medio plazo?
—Los mismos de siempre: irme de gira, y, cuando termine, hacer otro disco y así hasta que me muera en algún punto del planeta sobre el escenario. Estaría bien morirse y que lo último que oigas sea «¿Hay un médico en la sala?».
Iván Ferreiro: «Todos queremos una canción popular como el cumpleaños feliz»
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