Miguel Bosé: «Vengo de una casa en la que había biblioteca, cuidado»

Divertida ocurrencia, sí, que además da buena cuenta del tamaño del nidito y, por tanto, de una carrera musical de enorme éxito. También se nos lanzan a nuestra llegada muchos perros, hay hasta una pajarería, en una ambiente campestre que el artista reconoce fundamental: «Como todo hijo de torero la relación que tengo con la naturaleza es enorme» , dice Bosé, que citó a ABC en su fortaleza con motivo de su actual gira, que el 25 de junio estará en la plaza madrileña de Las Ventas.

El cantante sacó a finales del año pasado su último disco, «Amo» , y ha preparado un espectáculo para presentarlo autodefinido como «colosal, maravilloso y bestia» , según la nota de prensa, cuya parte biográfica ha sido escrita por toda una exministra de Cultura, Ángeles González Sinde , porque se conocen desde los siete años. «Como si se lo pido a alguien de la familia. Era la que tenía que ser», cuenta el artista. Su nuevo disco es una compilación de las aficiones que le han cautivado desde pequeño, movido por su necesidad de conocimiento.

En los nuevos conciertos, hay «skylines» cambiantes, mucha teatralidad, elementos de aritmética y astronomía... ¿Se le dan bien las matemáticas? «Soy bueno todavía, pero un profesor me jodió. Soy mucho más racional que emocional. Entonces a partir de ahí las matemáticas, la química, la física o la astrofísica... Todo me llevó de una cosa a otra, al ocultismo, a Eliphas Levi , a Blavatsky , a Gurdjieff ... Vengo de una casa en la que había biblioteca, cuidado, que con Franco no se leía», dice el músico.

En una canción de su último álbum, «Si se puede» , Bosé nos sale por donde todos esperamos con un título así. ¿Está por el cambio en España? «A ver, el sistema no funciona. No aquí, no funciona en general. Vamos a hablar de España. Y de nuestra querida provincia, pero es un problema mundial. Si la música ha sabido o está, a pesar de los dolores y la debacle, saliendo adelante con esa transformación que nos llevará a quién sabe dónde, y lo ha hecho el cine también, la literatura, la fotografía... ¿por qué no puede hacerlo la política?».

¿Pero no es antisistema, no? «No tengo suficientes argumentos para considerarme antisistema. El andamiaje, el esqueleto, creo que es válido. Las ideologías son las que son y se han perdido. No estoy de acuerdo con el sistema, pero no soy antisistema. No sé muy bien tampoco qué quiere decir antisistema. Pero sí estoy a favor de que cambie el sistema, está muy bien que lleguen ideas frescas y nuevas. Y está muy bien que los demás tiemblen. Eso a mí me ha descabreado mucho, me ha relajado bastante, porque tenía la sensación que ese bloque, esa cosa que había vivido durante años iba a seguir eternamente».