Canal +, el parto de los montes a ritmo de rap

Antología de su tiempo y retrato de una época, a aquella película publicitaria hay que darle de comer aparte. Un par de tetas, nada más empezar, Fernando Savater, Leticia Sabater , Concha García Campoy, otra teta suelta, Bibi Andersen , que todavía no se había vuelto a cambiar de nombre, Nacho Duato, Coby, Espartaco, un buen culo, Loles León relamiéndose, Luis Eduarde Aute, Olé-Olé , Víctor y Ana , Matías Prats padre y un tercio de Mecano eran algunas de las piezas de un puzle cuyo pegamento y barniz lo aportaba dos miembros de DNI , pioneros del hip-hop patrio, los de «Vas a alucinar» . Teniendo en cuenta sus antecedentes interpretativos, no les debió de costar mucho rimar lo de «esta tele es tuya, esta tele es mía, sólo por veinte duros al día».

Junto a sus habituales Julio Seijas y Jaime Munárriz , la canción está firmada por Luis Gómez Escolar , quien desde los tiempos de Aguaviva , pasando por La Charanga del Tío Honorio , no dejó de evolucionar para adaptarse a un paisaje musical cambiante y en el que, pese a sus querencias melódicas, no se cansó de ensayar y disparatar, con Enrique y Ana , Greta , Ricky Martin o lo que echaran. Escolar, uno de los autores más capaces, versátiles e infravalorados del pop español, también está detrás de este «Say Plus», una de las primeras piezas del rap nacional, interpretado por uno de los grupos que solo unos meses antes habían debutado en el fundacional y primitivo «Madrid Hip-Hop» (1989). Cuando Prisa parió su Canal +, el rap era lo más avanzado que encontró a mano para poner música en el bautizo. Paquito el Chocolatero era más de Telecinco

Contrasta el contenido sonoro de «Say Plus», apuesta creativa por la década siguiente, unos años noventa que aún eran una incógnita, con la carpeta de cartón que lo envolvía. La portada refleja el esquematismo y la depuración que, frente a los excesos y defectos de la competencia, caracterizó al Plus. La contraportada, sin embargo, es un anacrónico lastre que contradice el espíritu innovador de la campaña. Concebida como un story board , la ilustración contiene los tópicos formales y argumentales del tebeo nuevaolero , por entonces muy pasado de fecha. Una y otra estampas eran el haz y el envés de un disco cuyo contenido también mezclaba pasado y presente (Escolar y DNI) y proyectaba las contracciones de una cadena que trató de adelantar el futuro del medio televisivo con un pie en los años ochenta: un par de tetas, para abrir boca, y unas añejas viñetas que recordaban la cáscara de la Movida en el anverso de un maxisingle histórico. Tenían razón los DNI: íbamos a alucinar.