One Direction, griterío y arrebato adolescente en Barcelona
La popular banda deleitó a su público con éxitos tan explosivos como «Right Now», «Little Things» o «Moments», entre otros
DAVID MORÁN
Unas cuantas imágenes de Harry, Liam, Zayn, Nial y Louis trotando por parajes más o menos exóticos, cuatro pantallas versión jumbo para no perder detalle -o, ya puestos, para descubrir que la banda tiene un perfume que se encarga de promocionar antes de las actuaciones- ... y, entre una cascada de gritos, fuegos artificiales y pasiones desbordadas, los cinco jovenzuelos más rentables del planeta pop apareciendo entre los acordes de «Midnight Memories»… Ardor «teen», estribillos pegajosos y melodías ligeras. Tampoco es que necesiten demasiado One Direction para despertar un griterío de impresión y transformar el Estadio Olímpico de Barcelona en reserva espiritual del fenómeno fan.
Se fueron Take That y se hicieron mayores los Backstreet Boys, sí, pero tenemos a One Direction, trasunto aseado de las «boy-bands» de los noventa, para perpetuar esa noble tradición de emociones a flor de piel, pubescentes extasiados y, en fin, cantantes convertido objeto de adoración casi obsesiva. Apenas un año después de estrenarse en España, el quinteto angloirlandés reeditó anoche su éxito a lo bruto: con fans acampados a las puertas del recinto desde hace casi un mes y un gigantesco escenario enmarcando su ingreso en la élite del pop adolescente. Sin necesidad de echar mano de complejas coreografías y desterrando de su repertorio , quien sabe si para no confundir a sus tiernos e inocentes seguidores, las versiones de Blondie y The Undertones, la banda no tuvo más que tomar impulso con las despreocupadas melodías de «Little Black Dress», y «Why Don’t We Go There?» para que el público celebrase cada uno de sus movimientos como alemanes celebrando el baño a Brasil.
Sin dejar de corretear por la pasarela que se adentraba en la pista rumbo a un escenario secundario, empezaron a ponerse tiernos con «Don’ Forget Where You Belong» y, entre las preceptivas declaraciones de amor a Barcelona -y también al Barça, cuyo estadio visitaron ayer-, dejaron claro que lo que de verdad derrite a sus fans son las baladas rompecorazones e inflamadas como «Right Now», «Little Things» y «Moments».
A diferencia de sus predecesores en el trono del teen-pop, ninguno luce una voz especialmente destacable ni invita a pensar, al menos por el momento, en lucrativas carreras en solitario, pero lo compensan a base de desparpajo, brío elástico y efusivas celebraciones de la juventud como «Live While We’re Young» y «Alive», serpentinas y globos de colores, y estribillos ideales para corear ante grandes audiencias como los de «Happily» y «One Thing». Una juerga de pop festivo y una ceremonia de iniciación para sumergirse en el bullicio ensordecedor del fenómeno fan y el arrebato adolescente.
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