Bruce Springsteen, sus canciones imborrables
Un recorrido por las grandes obras del «Boss»
ÁLVARO ALONSO
Cuando Springsteen se subió al escenario en 1975, John Peel se encontró con un tipo que había sido encumbrado por John Landau como el . Las primeras canciones le parecieron teatrales, como sacadas de «West Side Story» y pensó ... que aquello no era, como había anunciado la revista «Rolling Stone», el futuro del rock, sino más bien un resumen de su pasado. El cantante emulaba a Van Morrison exagerando la dureza de la vida en las calles.
Tras ver aquello, John Peel decidió no programar los discos del jefe, igual que haría con U2 . Pero el apoyo del público y de la crítica fue creciendo. Su primer disco, «Greetings from Asbury Park, N.J.» , de 1973, ya con Clemmons y Tallent , de la que sería la E. Street Band , escondía canciones imborrables como «For You» , una de las favoritas de Antonio Vega aquí en España. «Born to Run» , de 1975, encumbra al Springsteen trovador de las calles que engulle a Phil Spector en un muro de sonido épico. En «Darkness on the Edge of Town» , de 1978, vuelven las grandes de Springsteen, «The Promised Land» o «Badlands» .
En el estudio de grabación de CBS, puerta con puerta, Patti Smith está grabando «Easter» . Bruce le enseña a Patti una canción. A Patti le gusta y la reescriben juntos. Es «Because The Night» , una de las más hermosas de Springsteen, interpretada finalmente por Patti. La cosecha de Bruce de estos años es la mejor de toda su carrera. Llega «The River» en 1980, disco doble que es un derroche aguijoneado por el fenómeno de otro antológico disco doble, el «London Calling» de The Clash . Ambos salen casi simultáneamente y ambos se convierten en obras de referencia para toda una generación. Más grandes canciones: «Sherry Darling» , «Hungry Heart» o «The River» y una curva ascendente que tocará techo cuando en 1982 aparece «Nebraska», disco al desnudo donde desfilan criminales y outsiders , grabado en una simple casete.
A partir de «Born in the USA» el «Boss» ha sido otra cosa, se ha mostrado por décadas como una versión edulcorada de sí mismo, con producciones tan desafortunadas que ponen los pelos de punta. Solo tras las «Seeger Sessions» de 2006 volvieron los fans a reencontrarse con el ídolo.
Bruce Springsteen, sus canciones imborrables
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete