López Cobos: «Argenta nos demostró que se podía hacer carrera fuera de España»

Semana Argenta

Será la guinda de la Semana Argenta, en la que tanto el Festival Internacional de Música de Santander , cuyas riendas acaba de asumir Jaime Martín, como los cursos de la Universidad Menéndez Pelayo celebran el centenario del nacimiento del músico cántabro (se cumple el 19 de noviembre).

Una semana que incluye dos conciertos del Cuarteto Bretón (ayer fue el primero), dos recitales, uno a cargo del pianista Joaquín Achúcarro y otro con la soprano María Bayo ; un concierto pedagógico y, finalmente, la participación de la ONE, agrupación que Argenta conoció en sus albores, convirtiéndose en su segundo director en 1947, hasta su repentina muerte el 21 de enero de 1958.

De ahí la idoneidad de la presencia de la agrupación nacional y el programa, uno de los hitos musicales protagonizados por Argenta en su corta trayectoria. Obras que estuvo a punto de grabar con la Filarmónica de Viena y que «también interpretó en una de las ediciones del Festival de Santander», matiza López Cobos. Aquello sucedió en 1954. Un año antes, también en la Plaza de la Porticada, el músico cántabro había marcado ya un hito en su currículum y en la historia de Santander -una placa lo recuerda- al dirigir las nueve sinfonías de Beethoven a lo largo del festival . La batuta que utilizó entonces puede verse estos días en la exposición, organizada por Acción Cultural Española (AC/E), que se distribuye entre la mencionada plaza y el Palacio de Festivales.

Cuando Argenta falleció, López Cobos estaba a punto de comenzar sus estudios en la universidad y «no estaba todavía muy metido en el mundo de la música». Sin embargo, años más tarde se convertiría «en un punto de referencia para mí. Fue el que puso en marcha la figura del director de orquesta después de la guerra y que empezó a salir fuera. Él fue el pionero de verdad y nosotros empezamos a seguir ese camino», explica a ABC en el Auditorio Nacional de Madrid, pocos minutos antes de comenzar los ensayos con la ONE.

Director internacional

López Cobos, que posa para nuestro fotógrafo con el retrato de Ataúlfo Argenta que testimonia el paso de este por la institución, señala que el director de orquesta cántabro también fue una referencia «desde el punto de vista musical, con el repertorio. Yo siempre pensé que para ser un buen director no era necesario especializarse en un repertorio, y él fue tan grande dirigiendo zarzuela como haciendo Debussy o Beethoven. En eso también abrió muchos caminos».

«Argenta tenía el carisma, la preparación y la intuición para lograr el éxito»Su presencia en las salas de conciertos más importantes de Europa también fue un ejemplo. «Entonces todavía víviamos en una época en la que primero había que salir de España para poder hacer carrera, estudiar... Y sabías que alguien, Argenta, lo había conseguido. De lo primero que me hablaron cuando yo empecé a dirigir a la Orquesta de la Suisse Romande fue de él, que iba a ser el sucesor de Ensermet como titular. Eso te daba ánimos y te permitiría ver que efectivamente es posible, a través del esfuerzo y del talento que tengas, abrirse paso en ese mundo. Un mundo que entonces estaba muy vedado para los españoles», afirma López Cobos que ha desarrollado con éxito su carrera entre Alemania, Estados Unidos y España.

Argenta había conseguido en poco tiempo codearse con los más grandes directores de orquesta internacionales y las formaciones más importantes. Una brillante trayectoria que, de no haber sido truncada por su prematura muerte, podría haberle equiparado a Celibidache, Bernstein o Karajan . «Tenía la combinación de todos los factores para triunfar: el carisma, la preparación y la intuición. Si no se hubiese malogrado tan joven hubiera sido uno de los grandes directores del siglo XX».

Su legado en la ONE

Entre los puntos que comparten Argenta y López Cobos se encuentra la titularidad de la ONE, podio que ocupó el maestro zamorano entre 1984 y 1988, y en la que todavía entonces, treinta años después, se respiraba el legado del cántabro. «Cuando llegué todo el mundo seguía hablando de él. Verdaderamente puso su sello y dejó una huella que perduró años. Creó una tradición dentro de la orquesta».

Las nueve sinfonías de Beethoven son otro de los vínculos entre las trayectorias de ambos directores. López Cobos protagonizó su hito musical el pasado mes de junio al dirigir, en un solo día, la integral beethoveniana al frente de cuatro formaciones. «Una experiencia que le recomiendo a todos los directores al menos una vez en la vida».