entrevista

Tame Impala: «Veo música en mis sueños»

Los renovadores del pop-rock psicodélico actuarán este sábado en La Riviera, de Madrid, con su disco «Lonerism»

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ignacio serrano

Desde Perth, Australia, llegó en 2010 un disco llamado «Innerspeaker» que dejó boquiabiertos a todos los seguidores del rock psicodélico. Tan bueno era que muchos pensaban que tenía que haber truco. Cualquiera que lo escuchase caía rendido, pero su belleza y su gancho eran demasiado ... irresistibles para ser verdad.

La prensa indie se apresuró a crear el hype a su alrededor, el oyente rockero se distanció de ese repentino glamour artificioso, y así fue como Tame Impala comenzó su carrera teniendo a los fans menos esperados por ellos mismos. «Hay algo de cierto en ello», dice Kevin Parker, alma máter de Tame Impala (él compone todas las canciones y graba todos los instrumentos, aunque luego tiene su banda de directo). «De pronto había gente que nunca había escuchado rock psicodélico, a los que les encantábamos».

Mientras los seguidores del clasicismo psicodélico −al que los australianos deben muchísimo− miraban para otro lado, la tribu «moderna» se dejaba seducir por ese otro lado de su sonido, sintético y más cercano a Mercury Rev o MGMT .

Pero el año pasado Tame Impala entregaron un nuevo disco, «Lonerism», que aun siendo menos orgánico todavía que su predecesor, se mostró como otra incontestable obra maestra de la nueva psicodelia. Así que a estas alturas ya casi todos tienen bastante claro que el veinteañero Parker es poco menos que un genio del pop.

«La grabación de “Lonerism” fue mucho más libre, con mucha menos presión −explica el artista−. No me impuse restricciones de tiempo ni de ningún otro tipo, fue un dejar fluir y fluir. Lo hice prácticamente en dos años, en lugar de en dos meses como el primero. Con “Innerspeaker” todo el proceso de grabación estuvo más estructurado, con “Lonerism” fue más caótico, más anárquico».

Respecto al mayor uso de sintetizadores en este segundo trabajo, Parker asegura que fue algo totalmente espontáneo: «Un día descubrí unos sintetizadores analógicos por casualidad, e inmediatamente me enamoré del sonido que salía de ellos. Me parecía un contrapunto maravilloso para el sonido más orgánico y natural de las guitarras de Tame Impala. Son sonidos que vienen de diferentes lugares pero me pareció que podía conseguir que se ayudasen mutuamente para conseguir crear emociones».

Hechicero del sonido

Precisamente el aspecto emocional es lo que hace de las melodías de Tame Impala algo tan especial, como procedentes de un universo paralelo, onírico. «Pues sí, las raíces de algunas de mis composiciones a veces están en mis sueños. En ocasiones sueño con música, pero la mayoría de las veces se pierde todo entre el momento en que me despierto e intento tomar notas. Lo que intento es quedarme con la idea general de esa melodía que me ha venido a la cabeza, guardar esa sensación de misterio, y desarrollarla un poco más racionalmente. Si intento crear melodías a partir de ideas premeditadas, no me suena natural… Tienen que venir de sueños, o de sensaciones, de emociones que surgen en momentos de soledad».

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