LIBROS
Ortega y Gasset y Victoria Ocampo, las confesiones cruzadas de una de las relaciones intelectuales más sugerentes
EPISTOLARIO
Se publica una extraordinaria correspondencia entre el filósofo y la escritora argentina, impulsora de la mítica revista 'Sur'
Cien años de 'Revista de Occidente', el cosmos de Ortega
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión«Quedé atónita ante su inteligencia efervescente que bebía a traguitos por el cosquilleo de agua mineral que me producía. Era como estar delante de una chimenea encendida: uno sigue el baile de las llamas. Todo cuanto él decía estaba dicho de una manera especial ... y penetrante. Me acuerdo de su manera de decir las cosas más que las cosas que decía. Ortega tomaba un tema y lo seguía como los reflectores siguen, en un ballet, los ‘entrechats‘ del bailarín solista. Con esta diferencia, él era a la vez los reflectores y el bailarín», escribe Victoria Ocampo (Buenos Aires, 1890-Beccar, 1979) en su ‘Autobiografía’.
Cuando el filósofo y la escritora y gestora cultural se conocieron en la casa de una amiga común, Ortega (Madrid, 1883-1955) tenía 34 años y era ya una figura de gran prestigio que había publicado obras fundamentales como ‘Meditaciones del Quijote’. Victoria Ocampo tenía 27 y un enorme hambre de cultura, ámbito en el que buscaba su lugar. La fascinación fue mutua y a partir de ese primer encuentro establecieron una de las relaciones intelectuales más sugerentes del pasado siglo.
Ahora es posible conocer más detalles de esa relación a través de sus propios protagonistas gracias a ‘Entre el corazón y la razón’ (Editorial Biblos), que recoge una amplia y suculenta correspondencia entre ambos desde 1917 hasta 1941. El volumen se ha presentado en la Casa de América con la participación —en un debate moderado por Inés Viñuales, directora de la Fundación Ortega y Gasset Argentina— de su director general, Enrique Ojeda, Jaime de Salas Ortueta, responsable del Centro de Estudios Orteguianos de la Fundación Ortega-Marañón y Marta Campomar, vicepresidenta de la Fundación Ortega y Gasset Argentina y editora del epistolario. Igualmente, la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón de Madrid acogió un acto de presentación, moderado por Fernando R. Lafuente, director de ‘Revista de Occidente’, y que contó con la propia Marta Campomar y la catedrática María Luisa Maillard, presidenta de la Asociación Matritense de Mujeres Universitarias, que acaba de publicar, en colaboración con el sello Eila, ‘Vida de Victoria Ocampo’, de Lidia Andino Trione.
La nueva casa de Ortega y Gasset y Gregorio Marañón
Bruno PardoLa fundación del científico y del filósofo estrena un nuevo espacio expositivo y presenta un nuevo programa cultural
En esta correspondencia —el género epistolar era uno de los preferidos de Ocampo—, formada por 122 cartas, son numerosos los asuntos abordados, y podemos apreciar la confianza que los dos se profesaban. Así, además de cuestiones profesionales, manifiestan su afecto y estados de ánimo. Por ejemplo, en una de las últimas misivas, fechada en octubre de 1941, con la tragedia de la II Guerra Mundial en el trasfondo, un Ortega que en esos momentos no se encontraba precisamente bien, le confiesa: «Mi cariño hacia ti es exactamente el mismo de siempre [...]. Y, sin embargo, no he podido ir a verte ni puedo aún, por la sencilla razón de que ‘no tengo fuerzas’ [en cursiva en el original]. Con sobrado motivo, dirás que es inverosímil. Pues ahí tienes un síntoma inverosímil de la atroz inverosimilitud que es mi vida en lo que va de año. Puedo decirte que desde febrero mi existencia no se parece ‘absolutamente nada’ a lo que ha sido hasta entonces y que, ‘sin posible comparación’, atravieso la etapa más dura de mi vida. Muchas veces en estos meses he temido morirme, morirme en el sentido más literal y físico pero en una muerte de angustia». Y Victoria, en una carta de 1928, le dice: «Estoy pasando los días de mayor angustia de mi vida. No tengo fuerzas, no tengo tranquilidad y debo fingir ‘todo eso’. Vivo en un estado de pánico ‘casi continuo’».
Además de cuestiones profesionales, manifiestan su afecto y estados de ánimo
Como es inevitable en toda amistad sincera, no deja de haber desencuentros y ciertos reproches. Victoria Ocampo, a quien Ortega llama en ocasiones «Gioconda de la Pampa», «Gioconda austral» y «Nike» (diosa de la victoria en griego), le recrimina a su «querido Ortega» que no colaborase asiduamente en la revista ‘Sur’ —impulsada por ella con el referente de ‘Revista de Occidente’, creada por el autor de ‘La rebelión de las masas'—, y cuyos avatares aparecen con profusión en el epistolario.
Doloroso silencio
La etapa más delicada entre ambos es cuando Victoria Ocampo guarda silencio durante mucho tiempo, dolida por un comentario negativo de Ortega que le ha llegado sobre su relación sentimental con Julián Martínez, quizá el gran amor de su vida, pareciéndole a Ortega que perdía el tiempo con él, pues consideraba que no estaba a la altura intelectual de su amiga. Este silencio de Ocampo le duele enormemente: «Los correos van y vienen y la ‘buena amiga’ no quiere usar de ellos. No me escribe: y es difícil que en mi vida actual pueda darse otro hecho más doloroso». Pasado un tiempo se evapora el desencuentro, continúan su amistad y Victoria le revela que había comenzado muchas cartas para él y que «nunca he dejado de pensar en usted con una ‘intacta’ y profunda amistad».
Dos poderosas personalidades, de cuyo fructífero diálogo podemos ser privilegiados testigos gracias a esta extraordinaria correspondencia, enriquecida por un gran aparato de notas que la sitúan a la perfección. Está previsto que hacia finales de año se publique un segundo volumen con cartas entre Victoria Ocampo y Soledad Ortega, hija del filósofo, y fundadora, junto a su hijo, el historiador José Varela Ortega, de la Fundación Ortega de Madrid, hoy Ortega / Marañón, que custodia sus legados.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete