Libreros y editores piden «mano dura» contra las descargas ilegales

Estas reflexiones se han escuchado hoy en el marco de un seminario, organizado por la Federación Española de Gremios de Editores de España ( FGEE ), para hablar de "El eBook a examen. Su incidencia en la industria editorial".

En el seminario, el responsable de FGEE, Antonio María Ávila, responsabiliza directamente al Gobierno de la permisividad actual que existe en España contra la piratería en la Red, ha pedido la adopción de sanciones económicas "duras", y asegura que las universidades son "uno de los centros de piratería más grandes del país" .

Ávila asegura que la cuota de facturación de venta de libros electrónicos en España en 2008 fue del 1,33%, con 42 millones de euros, un 21% más que el año anterior, y estima que ese incremento en 2009 será cercano al 10%.

Por su parte, Jesús Badenes, director de la división editorial de librerías del Grupo Planeta, asegura que en España el mercado de compra de productos por internet en materia de libros supone el 2,6%, aunque sólo uno de cada diez contenidos consultados a través de la Red se paga .

"A pesar de las protestas de los internautas, el Gobierno debe enfrentarse a un problema de hecho", asegura Badenes, quien advierte de que si se desprotegen los derechos de los autores "al final nadie escribirá", y apuesta por regular ya la descarga de contenidos piratas "para no cargarnos la gallina de los huevos de oro" .

El responsable de Planeta se muestra igual de partidario del sistema español -no penalizar al usuario, sino al "camello", quien sube los archivos para que puedan ser bajados ilegalmente- como del sistema francés , en el que se castiga al usuario y, tras un sistema de avisos de descargas ilegales, se le desconecta de la Red.

"Nuestra postura no es retrógrada, es defender algo por lo que previamente hemos pagado", ha asegurado Badenes, quien señala que si las editoriales pagan "cientos de miles de millones" a los autores tienen derecho a recaudar parte de lo que han invertido en la publicación de su obra.

Para afrontar esta situación, Planeta ya trabaja junto con Santillana en la creación de una plataforma digital de distribución y comercialización del libro electrónico , aunque advierte de que estas iniciativas no fructificarán si no se crea el entorno jurídico, económico y fiscal favorable, si no se respeta la propiedad intelectual "y si las administraciones públicas pretenden convertirse en editores".

Esa es, según el representante de Planeta, la "única forma de sobrevivir" a un mercado nuevo abierto por internet, en el que -dice- "podemos parecer grandes pero somos diminutos", ha asegurado que esa plataforma pretende priorizar la venta de libros electrónicos de calidad a través de las librerías, y se muestra convencido de que el libro de texto es el primero que va a cambiar de formato .

No obstante, opina que el libro electrónico se va a beneficiar "de la enorme piratería" que ha afectado a la música y el cine, y considera que la regulación del libro digital -del que en cinco años se podrían vender más de 3 millones de unidades- se someterá a cánones "más normales".

En su opinión, la utilización del soporte digital puede contribuir a fomentar la lectura entre un público tradicionalmente poco lector -el que va de los 15 a los 25 años-, por lo que considera que el e-book debe ser visto por el sector "como una gran oportunidad" siempre que se paguen los derechos de propiedad intelectual .

Por su parte, Jorge Gallego, responsable de Sony en España, considera que el "regalo estrella" de las Navidades de 2010 será el libro electrónico, asegura que su empresa no lanzará el lector de libros electrónicos en España hasta que no existan suficientes contenidos "y de calidad" para hacerlo, y ha recordado que Sony ha sacado ya el producto en Reino Unido, Alemania, Suiza, Holanda y Francia. Estos lectores supondrán -ha dicho- "una oportunidad para el gremio, porque va a incrementar el uso del libro", por lo que ya están hablando con las editoriales para el proceso de digitalización.

Por su parte, Magdalena Vinent, presidenta del Centro Español de Derechos Reprográficos ( CEDRO ), asegura que España "tiene que elegir dónde quiere estar: si entre los países de cabeza (EE.UU., países nórdicos o Inglaterra o Francia) que protegen la creación o en el grupo de Zambia, Gana o Albania".