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Arturo González-Campos: «Me estoy quitando de odiar porque desgasta»

El humorista, miembro de los 'Todopoderosos', publica 'Enhorabuena por tu fracaso', unas memorias en clave de comedia, un libro sobre su vida y sus influencias, una oda a la cultura popular y, sobre todo, a las cosas que le gustan

Arturo González-Campos, en su casa Tania Sieira
Lucía M. Cabanelas

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Arturo González-Campos murió tres veces y, sin embargo, aún vive para contarlo. Tiene sentido porque le ha robado el martillo a Thor y es uno de los ‘Todopoderosos’ del pódcast de cine de Juan Gómez-Jurado, Rodrigo Cortés y Javier Cansado , pero también porque toda su vida ha funcionado gracias al ensayo-error, y es de los que piensan que se sacan más lecciones de los golpes que de los aplausos. «Lo bueno del fracaso es aprender de él, sobre todo en un mundo que nos vende el éxito como un lugar al que aspirar», asegura en una entrevista con ABC. Por eso sus memorias, su ‘arturobiografía’, se titulan ‘Enhorabuena por tu fracaso’ (Plan B) , una oda a cada bache de la vida que, en realidad, alumbra un descubrimiento. «Mi vida ha sido el trayecto de la Roomba; iba chocando con paredes y girando», explica.

Su primer tropiezo fue con los deportes, a pesar de que podía haberse convertido en un titán de la natación si la serie de Tarzán no se hubiera cruzado en su camino. La televisión privó a España de un Michael Phelps castizo pero, en lugar de atontarle el cerebro, le despertó la curiosidad por los Looney Tunes, por ‘La pantera rosa’ y por un sinfín de ‘cosas’ a las que ahora rinde homenaje en su libro. ‘Cosas’ a veces materiales y otras invisibles, pero que han ejercido gran influencia en su vida. Libros, películas, canciones, cómics... que, asegura, producen un «efecto en tu interior; un truco de magia». De ahí este tributo a la cultura popular, en todas sus formas .

«Quería que el libro fuera un juguete, porque incluye cosas que han sido mis juguetes. Yo fui el típico niño gordo que cuando llegaba al recreo todos se ponían a jugar al fútbol, al ‘basket’, a policías y ladrones y yo me sentaba en un rincón con un tebeo o un libro», dice. Si pudo morir tres veces y seguir vivo, qué no podría hacer con las reglas narrativas en ‘Enhorabuena por tu fracaso’. A veces del derecho, otras del revés, porque todo es cuestión de perspectiva, el libro alterna anécdotas de su vida con citas de Groucho Marx o Joaquín Sabina; historietas que nunca le ha contado a nadie, como el día que prefirió leer ‘El hobbit’ antes que ir al baño, con listas de cosas que le gustan, pero sin ránkings, porque es incapaz de elegir sus favoritas...

Solo cosas buenas tienen cabida en su libro, tan divertido como optimista. « Me estoy quitando de odiar muchísimo. El odio desgasta tanto que estoy intentando no ejercerlo en la medida de lo posible. Cuando hay algo que no me gusta, más que odiarlo, prescindo de ello», reconoce el humorista, capaz de reír en los momentos tristes, herencia, quizás, de un padre que al morir les gastó a él y a su hermana una broma macabra y les legó su dentadura. Puede que por eso le guste más lo que hace sentir que lo material. «No me gusta que el monopolio de las cosas se lo quede solo lo tangible», concede el también guionista, cuyo mayor mérito, asegura, es rodearse de amigos listos. Y eso lo convierte en el más inteligente, o al menos en el más espabilado. Además, él lleva gafas, como decían de Woody Allen en ‘Granujas de medio pelo’. El libro no llevará, dice, a Mordor ni a Ítaca , pero sin duda es un camino de baldosas amarillas de emoción y, por supuesto, muchas risas.

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