Los pilares de Sant Jordi

Escritores transmutados en hombres-anuncio de sí mismos para acabar de dar un empujoncito a una Diada que, según los libreros, debería marcar un punto de inflexión y superar en un 5% el volumen de ventas del año pasado. Escritores convertidos en refuerzos de primavera para redondear una jornada con la que editores y libreros esperan acercarse a esos 20 millones de euros con los que se cerraba la caja de Sant Jordi antes de la crisis. Autores que, en fin, difícilmente habrán visto algo parecido. «Lo primero que preguntaron cuando llegué fue si estaba preparado, así que supongo que no lo estoy», bromeaba el martes Jo Nesbo, uno de lo autores que llega este jueves a Barcelona.

No es, ni mucho menos, el único autor que se dejará ver hoy: el irlandés John Banville, ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras de 2014, prendió ayer la mecha con el Pregón de la Lectura de Sant Jordi y durante todo el día de hoy será relativamente fácil localizar a James Ellroy, Philip Kerr, Paul Preston, Petros Márkaris, Anne Todd, David Foenkinos, Kevin Barry, Ben Brooks o Federico Moccia, entre otros, participando en la fiesta del libro y la rosa. Incluso el todopoderoso Ken Follett, lo más parecido a una estrella del rock transplantado en la literatura, se ha animado a unirse a la fiesta.

«Sólo sé que es muy divertido. Mucho más tampoco me han dicho», reconoce a ABC Ken Follett, uno de los superventas que se estrena en Sant Jordi convencido de que la experiencia tiene que ser fabulosa. Tanto es así que el autor galés ha dejado aparcada por unos días la nueva novela en la que está trabajando, una historia ambientada en el siglo XVI en la que aparece un personaje español -de ahí, confiesa, su reciente viaje a Sevilla-, para celebrar en Barcelona los 24 millones de ejemplares vendidos de su trilogía «The Century» y codearse con lectores y autores.

Es más: el autor de «Los pilares de la tierra» se anima incluso a recomendar lectura. «Siempre que disfruto con un libro intento regalarlo, y el que ahora escogería sería «La amiga estupenda», de Elena Ferrante. Es un gran bestseller», apunta un autor que, pese al estrellato, reconoce que el contacto con los lectores le sirve para «aprender». «A veces me dicen que no les han gustado una escena de violencia y de sexo y quizá pienso que me he equivocado. Pero luego vienen otros a quienes sí les ha gustado. En cualquier caso, es algo que disfruto mucho», explica.

Con todo, y pese a que la presencia de autores de peso como le estadounidense James Ellroy o el galés Ken Follett anima las ventas, las quinielas de los más vendidos, actualizadas ayer mismo por la Cámara del Libro de Cataluña y Cegal, siguen apuntando a autores de aquí como Albert Espinosa («El món blau«) y María Dueñas («La templanza»), cabezas de lista en catalán y castellano, respectivamente; y a sospechosos habituales como Arturo Pérez-Reverte («Hombres buenos»), David Trueba («Blitz»), Xavier Bosch («Algú com tu»), Milena Busquets («También esto pasará») y Sílvia Soler («Un any i mig»).

Al podio de superventas, sin embargo, le ha salido un rival inesperado. Un veterano que el pasado domingo ya empezó a calentar la muñeca con una maratoniana sesión de firmas en el Salón del Cómic de Barcelona y que, según sus editores, bien podría convertirse en el autor más vendido de Sant Jordi. Hablamos, cómo no, de Francisco Ibáñez, uno de los hombres más buscados en cada diada pero este año se presenta a la cita con «El tesorero», el último y jugoso álbum de Mortadelo y Filemón, convertido en líder de ventas de la última semana, según datos de Nielsen, y tras despachar 30.000 ejemplares en menos de dos semanas, según apunta Ediciones B. Unos datos que incluso han llevado a los responsables de Librired, encargados de elaborar los ránkings semanales a partir de datos de 450 librerías, a cambiar a Ibáñez de categoría y llevar al historietista barcelonés de Infantil y Juvenil, donde se encontraba hasta ahora, a Ficción.