Suscríbete a
ABC Cultural

la barbitúrica de la semana

El problema final

En su última novela, Arturo Pérez-Reverte devuelve al género su pedigrí literario. Un libro perfecto, escrito con un bisturí

Primera lectura de 'El problema final', de Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte, en Londres, donde presentó a la prensa su nueva novela EFE
Karina Sainz Borgo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las novelas, las buenas novelas, crean problemas. Sus héroes tienen fisuras. En el racimo de novelas policíacas que se publican en España, predomina un gusto a sucedáneo que ha acabado por transformar el género en algo blando e informe. Decía Borges que toda novela tiene ... algo de policíaco, porque siempre hay un enigma por despejar. En 'El problema final',Arturo Pérez-Reverte devuelve al género su pedigrí literario. A través de un Sherlock Holmes representado por un actor venido a menos y de un escritor de novela negra mediocre, dos héroes con fisuras, el novelista retoma el pulso de Conan Doyle, y de toda la tradición policíaca, desde Poe hasta Hammett y Chandler, para desplegar un mapa formal de lo que una ficción policíaca supone: la puesta en marcha de un razonamiento.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia