Suscríbete a
ABC Cultural

Nadie oye mis plegarias

Mis hijas y mis libros me han señalado casi siempre, de un modo inequívoco, mi lugar correcto en el mundo. La paternidad es un ancla que me previene de estar a la deriva, extraviado, dando tumbos por mares procelosos

El gordo del avión (22/06/2025)

No volveré al desierto (15/06/2025)

Jaime Bayly

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No por ser agnóstico dejo de rezar ocasionalmente. Rezo por las dudas, como quien arroja una botella al mar con un mensaje manuscrito que expresa un deseo improbable. Rezo cuando estoy en apuros, cuando me falta el aire, cuando presiento la cercanía de la muerte. ... También rezo para dar gracias porque no se cayó el avión, porque mi mujer todavía me ama, porque mis hijas están bien. Soy un creyente trepador. No rezo para trepar al cielo, sino para obtener favores, beneficios, protecciones, privilegios. ¿Qué pierdo rezando, si, como sospecho, los dioses son meramente una invención humana? Nada. No pierdo nada. O pierdo apenas un minuto. Luego la vida sigue. Pero esos segundos en que le hablo a Dios estoy hablando también conmigo mismo. Aun si nadie oye mis plegarias, mi espíritu encuentra paz al elevarlas.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia