Suscríbete a
ABC Cultural

El gordo del avión

Un sol tibio hacía justicia, despejando el aire viciado de las revueltas callejeras. Mi esposa estaba triste porque nos marchábamos de esa ciudad que tanto amaba

No volveré al desierto

Jaime Bayly

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Era un domingo a mediodía en Los Ángeles. Un sol tibio hacía justicia, despejando el aire viciado de las revueltas callejeras. Mi esposa estaba triste porque nos marchábamos de esa ciudad que tanto amaba.

-Volveremos el próximo verano -la alenté.

Lo que ... a ella le gustaba de esa ciudad era el clima templado del verano, el gimnasio y la piscina del hotel, un particular restaurante italiano y, sobre todo, irse sola a caminar allá arriba, por las colinas, los senderos arenosos donde cierta gente recia que no temía exponerse al sol sacaba a pasear a sus perros.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación