Iceta sigue sin plan para retirar todo el amianto pese a contar con fondos

Esta tranquilidad de Iceta contrasta con los planes del anterior ministro, José Manuel Rodríguez Uribes, bajo cuyo mandato se detectaron placas de amianto en las zonas de ventanas y acristalamiento exteriores del edificio, en las seis plantas del edificio y en un sótano. Esto ocurrió a principios de 2020 y, enseguida, por la vía de urgencia, se licitaron dos contratos: uno para controles de calidad del aire y otro para obras de demolición y reposición de falsos techos. Y en julio, tras reunirse el Comité de Seguridad y Salud, el área de prevención de riesgos laborales envió a los trabajadores una nota en la que informaba de varias cosas: que en las mediciones se había verificado la ausencia de fibras de amianto en el ambiente, que un estudio epidemiológico descartaba un incremento de patologías relacionadas con esta sustancia y que, pese a todo, se retirarían todas las placas afectadas.

«De las dos posibilidades técnicas que existen para controlar cualquier riesgo potencial derivado del desprendimiento de fibras de amianto, que son el encapsulamiento o la retirada del material, el Ministerio de Cultura ha optado por esta última opción al ser una solución definitiva y de máxima garantía para la seguridad y salud de los empleados del edificio, no solo actuales sino futuros», decía la nota del 29 de julio de 2020. «Desde el departamento se trabaja para ultimar el plan de retirada en la totalidad del edificio con el objetivo de que la ejecución de dichas actuaciones se realice de la forma más ágil posible con todas las garantías».

Han pasado más de dos años y solo se ha desamiantado la quinta planta, concretamente ese mes de julio de 2020, con la retirada de 54 metros cuadrados de placas tóxicas. Meses después, aún con Uribes, esa planta fue reformada para ubicar allí el despacho del ministro y su equipo de confianza, que antes estaba en la planta dos, cuyas obras se quedaron a medias. Este traslado suprimió el servicio de cafetería, algo que provocó -y sigue provocando- un gran malestar entre los trabajadores . «Yo ocupo el mismo despacho desde el primer día. Estoy ocupando el despacho que ocupaba el ministro anterior -dijo ayer Iceta-. Es verdad que hubo una incidencia hace tiempo, cuando se iniciaron unas obras por parte de una empresa que quebró. Ahí se descubrió que el amianto estaba presente en algunas zonas que coincidían con las instalaciones del edificio y eso ha complicado un poco las obras».

En el Ayuntamiento de Madrid figura un expediente, con fecha abril de 2021, para «obras de consolidación y restauración de la cubierta y algunos elementos de la fachada». El pasado mes de junio, el ministerio solicitó licencia «para acondicionar la planta segunda, creando despachos, salas de prensa y salas de reuniones». La concesión del permiso está a la espera de nueva documentación requerida por afectar al exterior de un edificio situado en el centro histórico. Pero de esto nada han dicho los responsables del ministerio a los sindicatos, muy críticos con la opacidad mantenida durante estos meses. Exigen amianto cero.

Y todo esto pese a que el Ministerio de Hacienda, en marzo, aprobó un crédito de 6,5 millones para financiar, entre otras cosas, «obras de emergencia de demolición y reposición de varias plantas», según dice una nota que Cultura no difundió por sus canales habituales de prensa: «Es urgente proceder a la ejecución de actuaciones derivadas de la retirada de placas de amianto y renovación de todas las instalaciones del edificio». Mientras Cultura se decide a ejecutar estas obras, se mantienen las mediciones ambientales. La correspondiente a la segunda quincena de agosto sigue dando valores inferiores a los que se consideran perjudiciales, pero advierte: «No se ha podido determinar el nivel por debajo del cual la exposición al amianto no entraña ningún riesgo de cáncer».