Un estudio desmonta la extendida teoría de que la Piedra del Altar de Stonehenge procede de Gales
Un nuevo análisis geológico apunta a que la mineralogía de esta roca no coindice con la del resto de las conocidas como piedras azules que forman el círculo interior del monumento megalítico
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El origen y la función de Stonehenge siguen siendo uno de los grandes misterios de la ciencia
Las conocidas como «piedras azules» de Stonehenge son alrededor de medio centenar de sus piezas más pequeñas, que componen el círculo interior del famoso monumento megalítico situado en la llanura de Salisbury (Wiltshire, Inglaterra), cuyo origen y función siguen siendo uno de ... los grandes misterios de la ciencia.
Estas piedras, según las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, fueron extraídas hace unos cinco mil años de las canteras en las colinas de Mynydd Preseli en Pembrokeshire, al oeste de Gales, situadas a unos 300 kilómetros del monumento.
Es precisamente cómo transportaron esas piedras azules lo que hace que Stonehenge que fue erigido en diferentes fases entre el Neolítico y la Edad de Bronce, resulte de gran interés para los científicos, ya que representan una de las distancias más largas conocidas desde el origen de las piedras hasta el lugar de construcción del monumento del mundo.
Hasta el momento se creía que la llamada Piedra del Altar era parte de esta clasificación, pero en una investigación publicada en el 'Journal of Archaeological Science: Reports', sus autores piden que sea desclasificada como una de este tipo, ya que, tras una serie de pruebas con técnicas, como fluorescencia de rayos X y espectroscopía Raman, concluyeron que su mineralogía no coincide con la de la antigua arenisca roja de la cuenca anglo-galesa.
«Una piedra azul, la piedra 80, conocida como Piedra del Altar, una arenisca micácea de color gris verdoso, es anómala porque no se deriva de Mynydd Preseli y sus alrededores» y por tanto «ya no debería incluirse en el grupo».
Sin embargo, los autores no han descubierto el origen de la roca, y explican que «durante los últimos cien años se ha considerado que la Piedra del Altar de Stonehenge se deriva de las secuencias de antigua arenisca roja del sur de Gales, en la cuenca anglo-galesa, aunque no se ha identificado ninguna ubicación específica de origen. Nuestros extensos muestreos, exámenes petrográficos, análisis XRF portátiles, investigaciones SEM-EDS automatizadas y espectroscopia Raman muy preliminar tampoco han logrado determinar la procedencia de la piedra».
English Herirage, la organización que gestiona más de 400 monumentos, edificios y lugares históricos en territorio inglés, señala en su página web que «aunque no parezcan azules» estas piedras «tienen un tinte azulado cuando están recién cortadas o cuando están mojadas» y «pesan entre dos y cinco toneladas cada una».
«Las piedras azules, predominantemente de origen ígneo, fueron denominadas 'piedras extranjeras' por los primeros excavadores de Stonehenge (por ejemplo, Cunnington, 1884), por ser exóticas en el paisaje de Wiltshire, en contraste con las piedras sarsen del círculo megalítico, que se identifican como de origen relativamente local», dice el equipo de investigación, que reitera que «ahora parece cada vez más probable que la Piedra del Altar no se derivara de la ORS de la cuenca anglo-galesa y, por lo tanto, es hora de ampliar nuestros horizontes, tanto geográfica como estratigráficamente, hacia el norte de Gran Bretaña y también considerar areniscas continentales de una edad más joven».
«No hay duda de que considerar la Piedra del Altar como una «piedra azul» ha influido en el pensamiento sobre la visión que se tenía desde hace mucho tiempo de una fuente en Gales», continúan, y añaden: «Por lo tanto, proponemos que la Piedra del Altar sea «desclasificada» como piedra azul, rompiendo un vínculo con las piedras azules esencialmente derivadas de Mynydd Preseli».