La esperada vuelta del maestro Mehta, las orquestas americanas y el poso de Brahms en la temporada de Ibermúsica
El director de música indio se pondrá al frente de la Orquesta Filarmónica de Múnich con un monográfico de Brahms en el atril. La London Symphony Orchestra dará el pistoletazo de salida al ciclo
Ibermúsica: la esperanza de un tiempo nuevo
Clara Mollá Pagán
Madrid
La vuelta de Zubin Mehta a España siempre es una buena noticia. Y más tras el fallido intento de la temporada pasada, en la que tuvo que suspender su visita a Zaragoza por razones de salud. El director de orquesta de 86 años, que ... ha padecido varias enfermedades graves, se pondrá al frente de la Orquesta Filarmónica de Múnich con un monográfico de Brahms en el atril en Madrid, Barcelona y Zaragoza. «Creo que es la visita más esperada de nuestros abonados», reconoce, algo emocionado, Llorenç Caballero, director de Ibermúsica y, por tanto, responsable de la vuelta del maestro indio a España. Su regreso en 2024 es uno de los grandes hitos que conforman la nueva temporada de Ibermúsica. «Es un clásico entre nosotros por el cariño que le tiene la gente», reconoce Caballero. Son ya más de 40 conciertos los del maestro con distintas orquestas en diferentes lugares de España. Su vuelta es esperada y festejada.
Aunque la sorpresa del director indio es un motivo de celebración para los abonados, otra es el regreso de las orquestas americanas a la temporada de Ibermúsica. La pandemia, las razones económicas y las complicaciones de los desplazamientos han sido un gran impedimento para las giras europeas de cualquier conjunto musical americano. Sin embargo, no ha sido un obstáculo para la gestora de Caballero y tras batallarlo, España tendá la oportunidad de escuchar a la Orquesta Nacional de Washington (National Symphony Orchestra), con su director titular, Gianandrea Noseda, y la Sinfónica de Dallas, también con su titular, Fabio Luisi. A ellas se suman otras catorce agrupaciones internacionales y la presencia alemana destaca entre ellas con la Münchner Philharmoniker, la NDR ElbPhilharmonie, Bayerisches Staatsorchester, y la Rundfunk Sinfonieorchester Berlin en la celebración de su centenario.
Gestionar los ciclos de Ibermúsica no es tarea fácil. Entre reunión y reunión, Caballero reconoce que el trabajo se hace con varios años de diferencia. La temporada 2024-2025 ya está hecha, la siguiente muy avanzada y la del 2027 con las cinco primeras ofertas. «Conforme recibimos las propuestas las valoramos una a una. Justo acabo de salir del comité de preparación para repasar la próxima temporada que ya tenemos cerrada», asegura el catalán. La variedad y las cuestiones de difusión musical son los principales criterios para seleccionar las propuestas y los programas y conformar una temporada compuesta de entre 24 y 28 conciertos.
Muchas son las orquestas que llegan y con ellas muchos programas que se repiten si se tiene en cuenta el margen de dos siglos de música. Los ojos del equipo no solo se ponen en los conjuntos y sus programas, sino también en los estrenos y los solistas del momento. En ocasiones, las propuestas de dos orquestas son prácticamente iguales, pero la oferta que alguna hace es con un solista muy peculiar o distinto. Dependiendo de la propuesta, el equipo se guía por el artista o por su programa. La diferencia también es un atractivo en la temporada de Ibermúsica. «Lo novedoso o lo que no hemos escuchado nunca también es una posibilidad interesante. Tienes que equilibrar como sea para que haya un balance en la temporada», indica Caballero.
El pistoletazo de salida de este nuevo ciclo lo da la London Symphony Orchestra. Aunque Antonio Pappano había estado ya hace 30 años en España como director del conjunto, no había vuelto en calidad de director titular del conjunto. Ahora que termina su contrato en el Covent Garden de aquí en un par de años, ha cogido la titularidad de la London Symphony. Los días 24 y 25 de octubre arranca su paso por España en el Auditorio de Madrid, y después pasará por Zaragoza, Barcelona y terminarán en Alicante.
El conjunto trae dos programas. Uno de ellos, de la serie Barbieri, está compuesto por 'Divertimento' para orquesta de cuerdas de Béla Bartók (1939), todo un clásico del repertorio sinfónico, la séptima sinfonía de Beethoven (1812), y 'Las Mil y una noches en el harén', concierto para violín y orquesta de Fazil Say. En la serie Arriaga, la London Symphony Orchestra abrirá el programa con 'O flower of fire', una obra de estreno de la joven compositora Hannah Kendall y tras el intermedio cerrará el concierto con el célebre poema sinfónico de Richard Strauss 'Así habló Zaratustra, op. 30', inspirado en la obra homónima de Nietzsche. El conjunto contará con la presencia de la pianista Alice Sara Ott como solista y la acompañará en 'Danza de la muerte' de Franz Liszt, 'Totentanz, S.525' y las seis variaciones del 'Dies irae' de la misa de difuntos católica para piano y orquesta.
El año de Brahms
El maestro Mehta regresa a España con la segunda y la cuarta sinfonía de Johannes Brahms en el atril, acompañado del pianista Yefim Bronfman con la Filarmónica de Múnich, pero también lo hacen otros maestros a lo largo de la temporada. «Ya solo con la propuesta de Mehta tienes un 50% de la programación Sinfónica de Brahms, pero por otra parte quieres alguna obra que no se haya hecho nunca en Ibermúsica». Y así ha ocurrido. 'Un Réquiem alemán' con el Balthasar Neumann Orchesta es una de las apuestas por el compositor más diferentes hasta ahora. La Budapest Festival Orchestra con un monográfico del compositor, Matthias Goerne y Evgeny Kissin con una parte importante de su recital a su obra, Hélène Grimaud con las op. 116 y 117… La temporada recorre el legado del compositor alemán con las piezas más conocidas y algunos tesoros más ocultos.
Aunque parezca hecho a propósito, el poso del compositor en la temporada es más fruto del azar que de una estrategia. «Cuando ves la temporada te das cuenta que has dedicado gran parte a Brahms, pero es más casualidad y coincidencia que otra cosa», reconoce el director. No obstante, casi todas las temporadas de Ibermúsica han contratado con alguna sinfonía de Brahms.
Que un compositor protagonice la temporada no es novedad. En alguna ocasión Caballero se ha enfrentado a la situación de gestionar la propuesta de cuatro orquestas que piden hacer la misma obra. En estos casos, el equipo se encarga de recolocar los conjuntos en series distintas, o incluso hablar con alguno de ellos para ver si existe la posibilidad de cambiar alguna obra para evitar repetirla en una misma serie. «A veces no es posible porque la orquesta te propone un programa cerrado porque están de gira y pasan por Madrid, pero también por París y Praga… Pero al final siempre llegamos a un entente con todos. Queremos variedad y no ser demasiado repetitivos».
Un ciclo con contrapuntos
Mientras que Ibermúsica ofrece conciertos y ciclos variados aunque con un estilo muy similar, también genera un contrapunto a la temporada regular con 'Kilómetro Cero'. «Es un ciclo de proximidad, con intérpretes mucho más locales para prestar atención a la música de cámara o recitales de distintos instrumentos donde el protagonismo se ponga en la música poco conocida o contemporánea». Albert Guinovart al piano o Laura Verdugo del Rey con la guitarra son algunos artistas que pasarán por la sala de cámara del Auditorio Nacional.
Los conciertos no tienen pausa, son una hora de duración máxima, y son comentados por los compositores que han compuesto las obras que se interpretan. «Es necesario porque siempre ayuda mucho no solo al escuchar obras, sino para comprenderlas cuando son difíciles de asimilar porque tienen mucha información, porque es la primera vez que las escuchamos o porque utilizan un lenguaje muy distinto al lenguaje clásico». Para Caballero, las explicaciones pueden ayudar a comprender mucho mejor la música contemporánea. «Al fin y al cabo es la música que se hace en este momento», asegura el director.
Cuando se le pregunta a Llorenç Caballero por los tiempos actuales que vive la música clásica, su respuesta es clara, concisa y contundente. «Son los mejores que hemos tenido nunca». «Hay una evolución y con el paréntesis de la pandemia, que todos sabemos lo que ha sido y cómo ha sido, la aceptación de la música y la afición del público general hacia todos los tipos de música, pero en especial hacia la música clásica, va creciendo. Cada vez hay más ciclos de conciertos y más orquestas que interpretan música», reconoce.
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