Sorolla vuelve a hacer las Américas

El Meadows Museum de Dallas reúne una treintena de pinturas del artista español, procedentes de colecciones particulares estadounidenses, en 'Luz de España', una exposición comisariada por Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista

Sorolla, inédito en su centenario

Blanca Pons-Sorolla, admirando 'El bote blanco', Jávea, 1905, de su bisabuelo en las salas del Meadows Museum de Dallas. Colección Cristina Heeren Noble Paloma Hiranda

Natividad Pulido

Enviada especial a Dallas

El mecenas y coleccionista Archer M. Huntington, destacado hispanófilo, fue quien presentó a Sorolla a la sociedad americana: en 1909 lo invitó a exponer en la Hispanic Society de Nueva York, que él había fundado. Viajó con su esposa, Clotilde, y sus ... dos hijos mayores. Aquella muestra itineró por Búfalo y Boston. Fue un éxito sin precedentes de ventas (se adquirieron casi 200 obras, y pudieron ser más, pero el artista no quiso quedarse sin cuadros) y de público, suponiendo un récord de visitantes, con largas colas para ver la muestra (hasta 30.000 en un solo día) y los automóviles bloqueando las calles. Aprovechando esa locura americana por su trabajo, Sorolla se quedó allí unos meses. La élite se lo rifaba para que los retratara: magnates, damas de la alta sociedad... Pintó medio centenar de ellos. Hasta el presidente norteamericano, William Howard Taft, le encargó el suyo y posó para él en la Casa Blanca.

En realidad, el idilio entre el artista valenciano y Estados Unidos comenzó unos años antes, en 1893. Sorolla exponía por vez primera en ese país durante la Exposición Mundial Colombina. '¡Otra Margarita!', obra maestra de temática social, fue el primer Sorolla adquirido por un coleccionista norteamericano. Y lo hizo por una suma de dinero muy considerable en la época: 1.800 dólares. En 2021, otro coleccionista de Estados Unidos compraba, 128 años después, cinco lienzos, últimas obras documentadas del artista que han ingresado en una colección privada del país. La identidad del coleccionista no ha sido revelada. Es el último ejemplo de cómo sigue fascinando en este país 'el Sargent valenciano'.

La de Sorolla y Estados Unidos fue una pasión de película, que, salvo algún que otro altibajo durante la I Guerra Mundial y la crisis del 29 (perdió el favor del público porque se consideraba su trabajo superficial y conservador), se ha mantenido prácticamente intacta desde entonces. En 1911, Sorolla regresó a Estados Unidos, en este caso a Chicago y San Luis. Museos tan señeros como el Metropolitan de Nueva York, el Art Institute de Chicago o el Museo de Bellas Artes de Boston tienen obra en sus colecciones.

Es, junto con Picasso, el artista español más popular y coleccionado en Estados Unidos, el país donde atesoran más y mejores Sorollas, si exceptuamos España. Hasta la llegada de Picasso, ningún otro pintor de nuestro país había tenido tanto éxito como Sorolla. Hace unos años, en 2013-2014, se organizó una exposición, 'Sorolla y América', fruto de una exhaustiva investigación, gracias a la cual salieron a la luz muchas obras inéditas. Pudo verse en la Fundación Mapfre de Madrid, el Meadows Museum de Dallas y el San Diego Museum of Art.

Aquel proyecto se completa ahora, como parte del Año Sorolla (la conmemoración del centenario de su muerte) con una especie de epílogo: 'Luz de España', centrada en las obras del valenciano en las colecciones particulares norteamericanas. Comisariada por Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del pintor y gran especialista en su obra, reúne en el Meadows Museum de Dallas, hasta el 7 de enero de 2024, la mitad de las obras de Sorolla que se hallan en manos privadas en Norteamérica: algo menos de una treintena.

Playas, niños y jardines Arriba, 'Playa de Valencia', 1908. Colección Cristina Heeren Noble. Sobre estas líneas, a la izquierda, 'Niños en el mar. Playa de Valencia', 1908. Colección privada. A la derecha, 'El ciprés de la Sultana. Generalife', 1909. Colección particular ABC

Algunos propietarios no han querido prestar las suyas y otros no han podido ser localizados. Una de las grandes coleccionistas del pintor de la luz es Cristina Heeren (Cristina H. Noble de casada), hija de Rodman Heeren y Aimée de Sotomayor, que ha prestado para la ocasión un puñado de lienzos, incluyendo la joya de la muestra y una de sus obras emblemáticas, 'El bote blanco'. Apasionada del flamenco, tiene casas en Granada y en Sevilla.

Blanca Pons-Sorolla también destaca, entre los prestadores, a Fanjul Gómez-Mena, descendiente de una poderosa familia de empresarios, cuya colección de arte, iniciada en Cuba, fue confiscada por el régimen de Fidel Castro tras la revolución. Es, quizá, la más relevante tanto en número de obras como en calidad y variedad de géneros. La familia se exilió a Estados Unidos. Siguió comprando obra de Sorolla e incluso recuperando algunas que le fueron incautadas. Es el caso de 'Castillo de Málaga y puerto pesquero', que estuvo en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba entre 1961 y 1995 y hoy cuelga en la exposición de Dallas. La comisaria les agradece a todos ellos «su amor y aprecio por Sorolla; lo han protegido durante años y mantienen vivo su legado en Estados Unidos».

Pero los dos grandes coleccionistas norteamericanos de Sorolla fueron Archer M. Huntington y Thomas Fortune Ryan, un millonario hombre de negocios que llegó a atesorar 26 Sorollas y le hizo importantes encargos. Dos de ellos, adquiridos por Fortune Ryan en la exposición de Chicago en 1911 y que después pasarían a manos de Paul Getty, saldrán a subasta el próximo 4 de octubre en la sala Ansorena de Madrid. Se trata de 'El Patio de las Danzas. Jardines del Alcázar de Sevilla' y 'Subida al Jardín Alto. Jardines del Alcázar de Sevilla'. El precio de salida de esta pareja de lienzos con tanto pedigrí es de 900.000 euros.

Desnudos femeninos y Alfonso XIII Arriba, una mujer contempla 'Desnudo femenino', de 1902. Es el particular homenaje de Sorolla a Velázquez y su 'Venus del espejo'. Propiedad de la familia Sorolla. Sobre estas líneas, a la izquierda, 'El Rey Alfonso XIII'. Estudio para la pintura 'La Regencia', 1903. Colección Cristina Heeren Noble. A la derecha, 'Desnudo femenino de espaldas'. Colección privada Paloma Hiranda y ABC

Explica Blanca Pons-Sorolla que buena parte del crecimiento del coleccionismo de Sorolla, no solo en Estados Unidos, va unido a las exposiciones internacionales del pintor. Así ocurrió en la antológica del Prado en 2009, en la de la National Gallery de Londres en 2019 -fue visitada por más de 160.000 personas y se adquirió el lienzo 'El bebedor, Zarauz', de 1910'-, en las de 1989 en Nueva York, San Luis, San Diego y Valencia, que generaron un renovado interés por la pintura de Sorolla en Estados Unidos, y en las ya citadas de Madrid, Dallas y San Diego en 2013-2014, «que demostraron la abrumadora presencia de la obras de Sorolla en Estados Unidos, el enorme impacto de este país sobre su trabajo y cómo la aventura americana influyó en el artista valenciano». Todas esas exposiciones animaron el mercado del artista y surgieron nuevos coleccionistas de su obra. Así, entre 2014 y 2016 se incorporaron once Sorollas a las colecciones norteamericanas.

Pero, ¿a qué se debe el éxito de Sorolla en Estados Unidos? Explica su bisnieta que «fue y sigue siendo el resultado del entusiasmo, la pasión y amor por su oficio, que el público estadounidense observó de primera mano en sus exposiciones. Pero su popularidad también se debe al amor por su propio país. Compartía el patriotismo, el espíritu de lucha y orgullo que caracteriza al pueblo norteamericano, además del respeto y trato igualitario hacia las mujeres. Sorolla se sintió en Estados Unidos como en casa».

El mar, retratos Arriba, 'Niños en la playa', Valencia, 1904. Estudio para 'Verano'. Guggenheim Partners Art Holdings, LLC. Sobre estas líneas, a la izquierda, 'Barcas. Playa de Valencia', Valencia, 1908. A la derecha, 'Elenita vestida de menina', Madrid, 1903. Colección privada ABC

A pesar de que no es propiedad de un coleccionista americano, sino de la propia familia Sorolla, abre la muestra un precioso 'Desnudo femenino', de 1902, el particular homenaje del pintor a su maestro, Velázquez. Es su respuesta a 'La Venus del espejo'. Sorolla retrató desnuda a su mujer, Clotilde, en un hermosísimo cuadro, que ya colgó en el Prado. En 2019 fue prestado al Meadows como parte de una exposición en torno al estudio de Sorolla. En principio iba a ser un préstamo por un año, pero permanece desde entonces en el museo texano. Niega Blanca Pons-Sorolla que la familia pretenda venderlo. De intentarlo, difícilmente podría ser en el mercado internacional, pues es más que probable que lo declararan inexportable, dada su calidad. Junto a este cuadro, luce otro desnudo pintado por Sorolla en Italia, 'Desnudo femenino de espaldas', que fue vendido en la sala Alcalá Subastas en Madrid en 2014 a un coleccionista norteamericano. Es una obra casi desconocida.

Inédito en Estados Unidos, un retrato del Rey Alfonso XIII, de 1903, estudio para el cuadro 'La Regencia', de la colección de Cristina Heeren. Se ha expuesto en muy pocas ocasiones. El pasado día 13 colgaba en las salas del Meadows una reproducción. La obra original no llegó a tiempo porque los transportistas de Francia no pidieron a tiempo el permiso de exportación. Junto a él, otra obra que se exhibe por vez primera: 'Elenita vestida de menina', un precioso retrato de la hija menor de Sorolla, adquirido por un coleccionista en 2020. Y, tras los desnudos y los retratos, el recorrido de la exposición continúa con jardines y paisajes. Entre los primeros, obras maestras como 'El ciprés de la Sultana. El Generalife', de 1909, «una lección de pintura excepcional», según la comisaria. Le acompañan paisajes de Galicia, Castilla, Valencia y Andalucía.

El tercer apartado de la muestra se centra en el tema más popular, y cotizado, de la producción de Sorolla: el mar y las playas. En una pared cuelgan cuadros protagonizados por pescadores y sus barcas de trabajo. Dos de ellos fueron adquiridos en 2014 por Debbie Turner. En la de enfrente, sus celebérrimas escenas de niños en la playa. Además del ya citado 'El bote blanco', destacan obras maestras como 'Niños en la playa' (estudio para 'Verano') o 'Niños en la playa de Valencia', que, tras años en una colección española, regresó a Estados Unidos en 2021. Se cierra la exposición con una sala donde se exhiben algunas obras de pequeño formato.

Fachada del Meadows Museum de Dallas. En primer plano, anuncio de la exposición de Sorolla ABC

El Meadows Museum de Dallas, considerado 'el pequeño Prado de Texas', fue inaugurado en 1965, como parte del campus de la Universidad Metodista de Sur (SMU). Atesora una espléndida colección de unas 1.300 obras de arte español. La joya de la Corona son tres Velázquez. Fue creado por Algur H. Meadows, un filántropo y magnate petrolífero que, debido a sus negocios, pasó mucho tiempo en España en la década de los 50 en el siglo XX. Durante sus visita a Madrid con su esposa, Virginia (se alojaban en el Ritz), se enamoraron del arte y la cultura españoles en el Prado. Entre sus compras, un Sorolla, 'Vista de las Pedrizas desde el Pardo', de 1907, única obra del pintor en el Meadows Museum hasta 2003, cuando se adquirió 'El ciego de Toledo'. La colección del artista ha ido creciendo gracias a donaciones. Algunos lienzos se han incluido en la muestra.

En 2021 falleció el añorado director del museo texano, Mark A. Roglán, a cuya memoria se dedica la exposición. Le ha sustituido en el puesto Amanda W. Dotseth, que sigue con entusiasmo contagioso la labor de su antecesor. El próximo 4 de octubre se pondrá en marcha el nuevo y ambicioso proyecto del museo, el Instituto Custard para el arte y la cultura española, uno de los sueños de Roglán. Abordará temas de investigación relacionados con el arte español (conferencias, seminarios, simposios y publicaciones científicas, incluidos catálogos de las exposiciones). Se ha puesto en marcha gracias a la donación de 3 millones de euros por parte de los mecenas y filántropos Linda y William Custard, que se completó con otra cifra similar a cargo de la Fundación Meadows.

De momento, el museo no ha conseguido alcanzar las cifras de visitas pre-Covid (50.000 al año). Se hallan en torno a la mitad. A la directora le gustaría aumentar la colección del museo con un bodegón de Van der Hamen, un Nonell, más artes decorativas y textiles... y más mujeres artistas, casi ausentes en este museo. Ha prestado por vez primera un Tàpies para la exposición conmemorativa del centenario que se celebrará en Bruselas, Madrid y Barcelona.

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