Cuatro minutos en el infierno del Bosco

Una 'pintura de conversación' que, desde el siglo XVI, cuando lucía en el palacio de los Nassau en Bruselas, ha dado pie a todo tipo de interpretaciones: una herejía, una utopía, una sátira moralizadora del mundo entregado al pecado... Habitualmente, hay mucha gente arremolinada en la sala 56A del edificio Villanueva en torno a 'El Jardín de las Delicias', que se afanan en descifrar el jeroglífico más hermoso pintado nunca. Tal es así que hubo que modificar la sala donde se exhibe para facilitar su visión.

Gracias a los estudios realizados por el gabinete técnico y los equipos de conservación y restauración del museo, sabemos mucho más de cómo lo concibió el artista y, poco a poco, se han ido desvelando algunos de sus misterios, que no son pocos. Es una obra que nunca llegaremos a comprender del todo. Ahora, gracias a un estudio de un grupo de neuroingeniería biomédica de la Universidad Miguel Hernández de Elche, sabemos dónde mira el visitante que contempla esta obra maestra: qué le llama más la atención, dónde se detiene más tiempo...

Se han hecho públicas las conclusiones de dicho estudio, aunque aún son provisionales. No es un proyecto cerrado, se siguen analizando los datos. Se escogió a 52 personas (30 españolas) que entraron a la sala del Bosco, de dos a cinco de la tarde, durante tres días consecutivos entre semana a finales de enero. Los seleccionados oscilan entre los 10 y los 70 años. El 60% son mujeres. Un 52% había visto antes el cuadro. De los participantes, un 8% no había visitado nunca un museo y un 27% suele hacerlo una vez al año.

Se registró la posición del visitante en la sala, se midió el tiempo que estuvo mirando esta obra, en qué paneles se detuvo más, y a qué figura u objeto prestó mayor atención. Se les proporcionó a los visitantes unas gafas de seguimiento ocular, conectadas a un ordenador, gracias a las cuales quedaba registrado el tamaño de las pupilas, lo que revela las respuestas emocionales del espectador. En el 46% de los casos la mirada del tríptico comenzaba por el panel de la izquierda (el paraíso), un 35% lo hacía por el central (la tierra) y un 20% por el de la derecha (el infierno). Muy pocos son los que empezaban por las grisallas de las puertas exteriores del tríptico. La tecnología inalámbrica empleada es similar a un GPS.

El tiempo medio de contemplación del tríptico es de 4:08 minutos. Miguel Falomir, director del Prado, no cree que el tiempo medio frente a 'Las Meninas' supere el minuto. Hay muchísimas imágenes menos que en la obra del Bosco, donde son innumerables.

Otro dato relevante es que el visitante se fija más tiempo y con más intensidad en el panel de la derecha, correspondiente al infierno, que en los otros dos. Como los tres paneles no son del mismo tamaño la medida se hizo en segundos por metro cuadrado. El tiempo de observación del panel del infierno fue de 33,2 segundos por metro cuadrado; frente a los 26 de la tabla central y 16,3 del paraíso (tabla de la izquierda). En cuanto al tiempo de fijación fue de 30,9 segundos por metro cuadrado para el panel del infierno, 21,6 para la tabla central y 12,6 para el paraíso.

Por sexos, las mujeres estuvieron una media de 2,16 minutos viendo el cuadro, frente a los 2 minutos de los hombres. El tiempo normalizado en cada zona queda así: las mujeres dedicaron 19,4 segundos por metro cuadrado en el panel del paraíso (los hombres, 15,5), 27 segundos en el central (los hombres 25) y 36,3 en el infierno (32,9 los hombres). En cuanto al tamaño de la pupila en cada zona: las mujeres, 5,21 mm en el panel del paraíso (6,4 los hombres), 5,44 mm en el panel central (8,61 los hombres) y 5,67 mm en el panel del infierno (6,78 los hombres)

También se ha podido medir el tiempo de observación de cada figura u objeto concreto, generando un 'mapa de calor' donde destacan las que más llaman la atención de los visitantes. Es el caso de la figura que se cree que es un autorretrato del Bosco (es una de las de mayor tamaño), las fuentes y algunos pájaros. Por sexos, las mujeres se detuvieron más tiempo que los hombres en los detalles del infierno (el supuesto autorretrato del Bosco, la batalla, un cerdo con el tocado de una monja clarisa, dos orejas atravesadas por un cuchillo), mientras que los hombres se detuvieron más que las mujeres en la figura de Dios en el paraíso, y en la fuente y los pájaros en el panel central. Ya se sabe: «Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes». Nos vemos en el infierno.