Dos conservadores franceses (uno del Louvre), detenidos en una operación sobre tráfico ilegal de arte

Los dos expertos trabajaron junto al exdirector del Louvre Jean-Luc Martinez, que fue presidente del comité científico de la AFM de 2013 a 2021 mientras también dirigía el famoso museo. Daucé es conservador del Louvre y fue anteriormente jefe del departamento de arqueología de la AFM. Charnier fue director científico de AFM.

El Estado francés guarda un silencio sepulcral, ante la previsible querella penal de los Emiratos Árabes Unidos, reclamando daños y perjuicios, cuando el proceso policial en curso culmine con el proceso judicial que deberá esclarecer la tela de araña crapulosa que permitió a una o varias redes de traficantes de antigüedades falsas conseguir los «certificados» y «garantías» de «autenticidad» que ofrecían las más altas jerarquías museísticas francesas. La justicia francesa comenzó por inculpar a Jean-Luc Martinez, ex director del Louvre, sospechoso de «cooperar», al más alto nivel, con una red multinacional de tráfico de antigüedades, estafas millonarias y blanqueo de capitales en banda organizada.

La Agence France Muséums es una sociedad privada francesa, cuyo primer accionista es el Estado, a través del Museo del Louvre. La Agencia tiene por misión ofrecer asesoría y servicios en la escena nacional e internacional. El Louvre, el Centro Pompidou, el Museo de Orsay, entre otra veintena de grandes museos nacionales, ponen al servicios de los clientes de Estado unos servicios de presumida calidad fuera de serie.

La AFM es una pieza fundamental en la diplomacia museística: el saber hacer y el patrimonio nacional, puestos al servicio de la promoción cultural. Las gravísimas acusaciones que pesan sobre el ex director del Louvre y dos altas jerarquías dan una imagen sencillamente catastrófica.

El mes de mayo pasado, la justicia inculpó oficialmente de esos mismos delitos, excepcionalmente graves, a Jean-Luc Martinez, ex director del Louvre, el más importante de los grandes museos nacionales. El Louvre de Abu Dabi, museo de Estado de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), decidió constituirse en parte civil, considerándose víctima de un tráfico crapuloso «avalado» por las más altas jerarquías ejecutivas de la diplomacia cultural francesa.

Los Emiratos Árabes Unidos y la justicia francesa sospechan que el ex director del Louvre parisino y otros altos ejecutivos de la diplomacia de Estado, pudieron avalar documentos que acreditaban el origen legal y la autenticidad de obras de cierta importancia histórica y monetaria, comenzando por una estela de granito rosa dedicada a Tutankamón, expuesta en el Louvre Abu Dabi, valorada en varias decenas de millones de euros. En total, se cree que la AFM aprobó la adquisición por parte del Louvre Abu Dabi de obras de arte robadas por valor de más de 50 millones de euros.

En 2017, la inauguración del Louvre de Abu Dabi en un edificio construido por un gran arquitecto francés, Jean Nouvel, fue presentada como el «triunfo del universalismo cultural», una «victoria contra el oscurantismo». La diplomacia museística y cultural francesa conseguía un triunfo importante, en un Estado musulmán 'rigorista'. Cinco años más tarde, ese mismo Estado, se ha constituido en parte civil, considerándose víctima de un tráfico crapuloso «avalado» por las más altas personalidades de la AFM, dejando al descubierto patéticos «disfuncionamientos».

El presidente de la República, su gobierno, los ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores han sido aparentemente incapaces de controlar la gestión de una agencia caída de hinojos en una confusa maraña de corrupción, una red multinacional de tráfico de antigüedades falsas, estafas millonarias y blanqueo de capitales en banda organizada.