Alex Katz: «Me gustan más los frescos de Goya que los de Miguel Ángel»

En una visita al Museo Thyssen en 1994, le llamó la atención un pequeño lienzo de Watteau de su colección: 'Pierrot contento'. Era uno de los cuadros favoritos de Lucian Freud , quien pintó al barón Thyssen junto a la pintura. «Me encantaba la relación entre las personas», recuerda Katz, que ha mantenido una estrecha relación con España. Ha expuesto en la galería Javier López & Fer Francés, el Museo Guggenheim de Bilbao, el CAC de Málaga... ¿Qué le gusta de nuestro país? «Los pintores. Goya y Velázquez son fantásticos. De hecho, me gustan más los frescos de Goya que los de Miguel Ángel ». En 2006, pintó el cartel taurino de la Feria de Sevilla. ¿Le gustan los toros? «No, en absoluto».

Alex Katz quiso hacer un nuevo tipo de pintura realista... y lo consiguió. A gran escala, como las obras de los expresionistas abstractos. ¿Qué hizo que se interesara por la figuración y no por la abstracción? «La abstracción pura no me interesaba –responde Katz–. Conecté conmigo mismo cuando pintaba paisajes y fue entonces cuando decidí ser pintor, porque la conexión conmigo era muy fuerte. Fui a Skowhegan, que es una escuela regional con ideas anticuadas, pero allí pinté por primera vez al aire libre. Asimilé todo lo que aprendí sobre el arte moderno en Cooper Union, que era una escuela de arte moderno. Me conecté y me hice la idea de lo que quería hacer».

¿Qué importancia tiene la música, y en concreto el jazz , en su obra? «Oh, es muy importante. La estética viene del jazz. Con Stan Getz, me encantaba el lirismo y la técnica. Fue el primer tipo genial de la escena. Y luego me gustaba 'Prez' (Lester Young) por su estilo; tenía más estilo que nadie, nunca. Y después me gustaba 'Bird' (Charlie Parker) por su gran sonido. Y luego me gustaba Machito porque se metía dentro de ti, para bailar. Y me gustaba Sonny Rollins porque era más complicado que 'Bird', la forma en que estiraba la música. Y luego el jazz se volvió algo intelectual y lo dejé».

Su segunda esposa y principal musa, Ada del Moro , es la protagonista de más de mil de sus pinturas. En una ocasión dijo que estaba influenciada por la Dora Maar de Picasso. ¿Qué le atrajo de esos retratos de Dora Maar? «Era muy hermosa». Y hablando de Picasso , el próximo año se conmemorará el 50 aniversario de su muerte. En estos días su obra se confronta con la de Ingres , El Greco , Giacometti , Julio González... ¿Le gustaría medirse con Picasso? «Bueno, él no puede hacer esos grandes paisajes y yo no puedo hacer sus pequeñas pinturas».

Cuando hablamos de arte pop, la mayoría de la gente piensa en Andy Warhol , pero Katz fue un precursor de este movimiento. ¿Qué piensa cuando ve que una 'Marilyn' de este artista se ha vendido por 195 millones de dólares? ¿Se ha vuelto loco el mercado? «No, no lo creo. Creo que ese cuadro tiene una energía tremenda. Su decoración es hermosa y tiene mucho estilo. Se paga mucho dinero por el estilo». Mientras Warhol utilizaba imágenes de personas icónicas que aparecían en la prensa para sus retratos, Katz elegía para los suyos a personas de su entorno. ¿Conoció mucho a Warhol? ¿Qué recuerda de él? «No le conocía mucho», responde Katz de manera escueta.

Su familia, de origen ruso, emigró a Estados Unidos. Su padre perdió su fábrica en Rusia a manos de los soviéticos. ¿Cómo está viviendo la guerra de Ucrania ? «Dígale a los rusos que se larguen». Tiene claro que Rusia va a perder esta guerra.

Alex Katz ha acudido esta mañana a la presentación a la prensa, acompañado por su hijo Vincent, y su nuera, Vivien, musa que ha sustituido a Ada en sus cuadros. Es el caso del que han adquirido Borja Thyssen y su esposa, Blanca -presentes en la inauguración, junto a la baronesa Thyssen y el ministro de Cultura, Miquel Iceta- , titulado 'Vivien', que cederán en depósito al Museo Thyssen. El cuadro presenta cinco versiones del rostro de su nuera. Es el mejor de una serie. Guillermo Solana explica que así se reparará una "ausencia imperdonable" en la colección del museo, que cuenta sin embargo con una gran selección de pintura figurativa contemporánea (Bacon, Freud...), pero ninguna de Katz.

El director artístico del museo cuenta que ha sido una auténtica carrera de obstáculos poder hacer esta exposición, que debía haberse inaugurado en junio de 2020. Primero, la pandemia. Hubo que volver a empezar con la petición de préstamos. Después, la subida del precio de los carburantes, que afectó de forma "dramática" al transporte de las obras y que "amenazó con dar al traste con el proyecto". La propia familia Katz financió el viaje de sus obras. A ello se sumó lo complicado que ha sido el montaje, debido al formato monumental de sus pinturas, que a duras penas cabían en las salas. "Ha sido como montar un velero dentro de una botella. Parecía imposible que sucediera, pero ha sucedido", dice Solana, que ha tenido un recuerdo para Tomás Llorens. Sus notas sobre Katz se han incluido en el catálogo.

Con aspecto de haberse escapado de un capítulo de 'Los Soprano' (traje de chaqueta blanco, camisa negra y corbata burdeos, y sin quitarse las gafas de sol), no ha derrochado, precisamente, buen humor. Parco y en ocasiones seco y cortante en las respuestas a las preguntas de los periodistas, apenas ha accedido a posar con sus pinturas. "Quiero encontrar la verdad, intento hacer cosas distintas, sin saber si saldrán o no. Sigo teniendo miedo a lo que hago . Cuando terminas un cuadro no sabes si es bueno o no. Está fuera de mi control. Haces lo que tienes que hacer. Te levantas y lo intentas". Acerca de dónde toma su inspiración, dice que puede llegar de cualquier cosa: un gesto, algo inesperado...

Habla de Picasso, Matisse, Miró, Soutine, De Kooning, Pollock... "Este cambió las reglas del juego". Preguntado por su rutina de trabajo, dice que se levanta siempre a las 7.30 horas y que trabaja todos los días: "Unas veces estoy trabajando todo el día y otras veces apenas veinte minutos". De estudiante, dice, " era el primero de la clase. El profesor copiaba mis colores ". Se considera bastante activo y confiesa que, cuando tenía 20 años, destrozó miles de obras. El arte, comenta Alex Katz, "representa la energía de la cultura. A mí no me detuvo ni la guerra ni la hambruna".

Guillermo Solana considera un auténtico 'tour de force' resumir 70 años de trabajo en apenas 40 obras, de un gran impacto. Están presentes desde sus obras históricas hasta sus creaciones más recientes, desde sus retratos hasta sus paisajes . "Siguió su propio camino en el pop. Es de los pocos pintores leales a la figuración que han sobrevivivo". Según el comisario, "Katz se apropia de las grandes conquistas de la abstracción ": el tamaño monumental (no solo aumenta el lienzo, sino también las figuras, que casi no caben), los fondos neutros, la simplificación de la figura... También hay reminiscencias del cine y la publicidad . "En sus cuadros capta un instante. Pinta lo efímero, lo fugitivo, el ahora". En 'Red Coat' quiso plasmar la visión fugitiva en un ascensor. Katz tiene todo muy pensado y preparado antes de ponerse a pintar. Después, lo ejecuta muy rápidamente: en tres o cinco horas puede acabarlo.

Destaca su adhesión constante al retrato. Las mujeres son las grandes protagonistas de sus cuadros. Mujeres modernas, muy 'cool' . Como la que aparece en 'Black Hat #2', de 2010, de la Albertina de Viena, que luce gafas de sol y una gran pamela, convertida ya en una imagen icónica. "Katz es muy vitalista. Su pintura es una celebración de la vida , la belleza, la moda... Está obsesionado por vivir en el presente, sin añoranza del pasado". En 1986, tras una retrospectiva en el Whitney Museum de Nueva York, se plateó la revisión de su carrera y abrió su pintura a los paisajes. "Son paisajes muy abstractos, envolventes e inmersivos", concluye el comisario.