El saqueo sin fin de Erik el belga

Estos veteranos especialistas en pintura flamenca y gótico español, padres del conocido periodista Iker Jiménez (Cuarto Milenio, Horizonte), discrepaban, sin embargo, sobre si la figura del San Lucas era obra del gran escultor del retablo de la capilla de la Concepción de la catedral de Burgos, o de su taller. La pareja de anticuarios compró un catálogo físico de la subasta y la investigación bibliográfica y en internet que emprendieron confirmó sus sospechas. Uno de los estudios consultados incluía una antigua fotografía del retablo de Astudillo (Palencia), obra de Gil de Siloé. «Aunque la foto está en blanco y negro, se ve perfectamente que es la misma», subraya Elizari mostrando ambas imágenes.

La pareja de anticuarios, que en un principio quiso pujar por la talla, se había encontrado con que la pieza no podía salir de Italia por estar catalogada como bien de interés cultural y sus pesquisas terminaron por frustrar sus planes de compra. Tanto el San Lucas como otros evangelistas de la predela del retablo de Astudillo habían sido robados en 1979 por la banda de Erik el belga. Al descubrir que la pieza había sido saqueada por el famoso ladrón de arte, avisaron sin demora a la Sección de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil. «Le tengo un paquete tremendo a Erik el belga, aunque después fuera muy bien tratado, no sé si porque devolvió cosas», comenta Pedro Jiménez, preocupado por el daño que ocasionan los robos y falsificaciones al mercado del arte.

A René Alphonse Van den Berghe (Nivelles,Bélgica,1940- Málaga, 2020) se le atribuyen hasta 600 robos cometidos en España en la década de los 70 y 80 del siglo XX y la sustracción de unas 6.000 piezas. Solía visitar museos e iglesias españolas haciéndose pasar por un turista. Tomaba fotos, se documentaba sobre el valor de las obras y sobre las siempre escasas medidas de seguridad de la época y tiempo después daba el golpe, solo o con ayuda de compinches contratados. El museo de la catedral de Tarragona, la catedral románica de Roda de Isábena, en Huesca, o la colegiata de Toro (Zamora) figuraron en su larga lista de víctimas.

En la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo robaron la noche del 17 al 18 de julio de 1979. Un testigo relató haber visto a mediodía la llegada de una furgoneta amarilla de marca Sava de la que se apearon tres individuos de aspecto norteafricano, según su descripción. Uno de ellos se dirigió a la iglesia mientras los otros dos le esperaban en el bar. Un cuarto de hora después, el primero regresó y desde la puerta les dijo: «Vamos que ya están». Y los tres se subieron de nuevo a la furgoneta y abandonaron la localidad.

«Según la denuncia original de la Guardia Civil, se robaron tres evangelistas de la predela del retablo mayor y seis apóstoles del guardapolvos, además de otras obras de arte sacro», señala el capitán Juan José Águila, jefe de la Sección de Patrimonio Histórico. Sin embargo, en la actualidad se desconoce el paradero del cuarto evangelista, que tal vez se retiró posteriormente por precaución. En la denuncia no constan los nombres de los que fueron robados, por lo que se ignora si se trata de San Marcos, San Mateo o San Juan. «Es otro caso que estamos investigando», indica el capitán Águila.

Por el momento, el San Lucas está intervenido por los carabinieri y desde el Juzgado de Instrucción número 2 de Palencia se cursó una orden europea de investigación para acreditar que la obra de arte fue robada en Astudillo y pueda regresar a España. La noticia saltó a los medios en febrero de 2023, aunque a día de hoy los trámites parecen haberse paralizado. No hay visos de una pronta restitución, ni respuesta por parte de Italia de si el consignatario de la pieza tenía alguna más en su poder. Águila recuerda que «faltan por recuperar los seis apóstoles y otros dos evangelistas, además del tercero que no aparece, pero que se está buscando».

No es el único caso que aún colea relacionado con las fechorías de Erik el belga. La Sección de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil sigue la pista de una pieza procedente del saqueo en Roda de Isábena, uno de los más célebres del famoso ladrón. El fallecido párroco José María Lemiñana nunca olvidó aquel 7 de diciembre de 1979 en que descubrió que la catedral románica de esta pequeña localidad oscense había sido desvalijada. Los ladrones penetraron por una puerta trasera que daba al claustro y forzaron la entrada al museo diocesano situado en el refectorio. El sustancioso botín que se llevaron incluía la singular silla de San Ramón del siglo IX, la arqueta de San Valero, dos mitras y dos báculos episcopales del siglo XII, así como otras decenas objetos de arte sacro de siglos posteriores (peines de marfil, tallas de vírgenes románicas, tablas góticas, tapices, un libro de coro en pergamino…). Más de cuarenta en total de un valor artístico e histórico incalculable.

Tras la detención de Erik el belga en 1982 y hasta la fecha, las fuerzas de seguridad han ido recuperando obras en un largo goteo aunque por desgracia, tanto la silla, como la mitra de San Ramón o la arqueta de San Valero fueron troceadas por los ladrones y solo se han restituido en parte. Entre las últimas rescatadas se encuentra el tapiz de la 'Virgen y el Niño' que la Guardia Civil localizó en Estados Unidos en 2012 y hoy se custodia en el Museo de Huesca.

Águila elude dar más información sobre la pieza que tiene en su punto de mira, para no entorpecer la investigación. Tampoco sobre seis piezas del retablo de la iglesia de un pueblo de La Rioja robadas en 1978, que fueron intervenidas en Alemania tras la alerta de un ciudadano español que las vio en una subasta. «Sigue pendiente la restitución», se limita a señalar el capitán de la Benemérita, que insiste a menudo que «el delito habrá prescrito, pero la pieza sigue siendo nuestra, por muchos años que pasen» y debe ser recuperada. «Si nos robaran el Guernica y apareciera dentro de 40 años en Nueva York, ¿no sería nuestro?», suele poner como ejemplo para explicarse.

La Guardia Civil entregó recientemente a la iglesia de San Torcuato de Haro la puerta de un sagrario robada hace 45 años, tras localizarla en una subasta en Madrid. En Barcial del Barco (Zamora) recuperaron dos tablas renacentistas sustraídas por las mismas fechas, a finales de los 70, gracias a que su comprador comprobó en la aplicación de Interpol que habían sido robadas y las devolvió.

En los últimos años se han recuperado varias figuras de la arqueta robada en el monasterio de San Esteban de Bañolas y en 2022 la Policía Nacional entregó el último fragmento que faltaba al tapiz del siglo XVII sustraído en Castrojériz (Burgos).

Es tal el volumen de lo que robó que «cada dos por tres aparecen piezas relacionadas con Erik el belga por medio mundo», constatan desde la Sección de Patrimonio Histórico. Es la alargada sombra del que fue considerado el mayor depredador de arte de los últimos tiempos. Por fortuna, «ahora no se producen tantos robos», añade Águila.