El documental como género arrasa en el Festival de Málaga

Inspirándose en este clásico, Carlos Cañeque , ensayista, autor de novelas (Premio Nadal 1997 por «Quién»), profesor en Ciencia Política, trajo ayer al Festival de Málaga su primer largometraje como director, «Queridísimos intelectuales (Del placer y el dolor)» , un testimonio explosivo en el que cinco catedráticos de universidad, tres escritores y una psicóloga exponen en un chorro de «monodiálogos» sus placeres y dolor en todas sus acepciones, físicas y psíquicas, «desde el orgasmo hasta la alegría y el dolor, desde el placer del dolor físico.

Carrillo habla hasta de la tortura, de que según su experiencia en la Guerra Civil, las mujeres perdieron un poco el miedo a perder la virginidad, o de la planificación para matar a Franco» –indica Cañeque. «Sabater habla de la angustia o el miedo. La vida. Erotismo, ironía, y también la muerte, el sufrimiento o el suicidio», dice. Santiago Carrillo , Fernando Sabater , Elena Ochoa , Román Gubern o Xavier Rubert de Ventós , son algunos de estos nombres. El rostro cincelado de Carlos Moya sugiere el haber vivido a tope una década salvaje repleta de sustancias y su relación con las mujeres. Él celebra hoy su elección de vida en los años sesenta. Elena Ochoa, como psicóloga, «no habla de sexo, se ha dedicado con ahínco al Alzheimer y la esquizofrenia y su vida es otra. Me ha ayudado mucho en la película con su capacidad de trabajo y entusiasmo. Luis González Seara es como el centro de todo hablando de Quevedo». El onanismo de algunos políticos en su «yo con yo» no es el fuerte de estos valiosos testimonios.

El montaje ha sido complicado y se ha buscado el contraste «porque el espíritu de la película era apartarme del documental al uso poniendo imágenes del pasado. Quería materiales originales, solo con ellos. Alejarme de lo acartonado y acercarme a “El desencanto”, algo vital y auténtico. En cualquier caso, el espectador encontrar su momento de identificación, seguro».

En el marco del festival también se proyectaron la gallega «Doentes» (Enfermos), de Gustavo Balza , y «Amigos… Todos tenemos un precio», de Marcos Cabotá y Borja Manso . «Enfermos»está basada en la obra teatral homónima de Roberto Vidal Bolaño , dramaturgo fallecido hace pocos años. Toda la historia transcurre en una sola noche, en los años 50 y en el Hospital de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, que pasó a ser hostal por decisión de Franco (hoy Parador Nacional), donde dos personajes, uno enfermo y otro es un cura, pasan todo tipo de trances en una amistad que esconde algún secreto. Perdedores, transeúntes de noches de melancolía.

Explotando la belleza de Santiago de Compostela y la interpretación de actores encumbrados en el teatro, como lo son Xosé M. Oliveira y Antonio Durán , sin escatimar el talento del resto del reparto, la cinta es buen ejemplo de que existe una cinematografía gallega con ideas, representada con aplausos mañaneros, y óptima en el terreno audiovisual.

«Amigos… Todos tenemos un precio» intenta y lo consigue, la mayor de las risas del espectador, que para eso cuenta entre los actores tan populares como Ernesto Alterio , Diego Martín , Alberto Lozano , Goya Toledo y Manuela Velasco . Comedia tronada que va directa a conseguir sus expectativas, que son romper la taquilla en julio.