Al rescate de Doña Blanca, la ciudad fenicia de Cádiz que aloja la bodega completa más antigua de Occidente
Un proyecto busca volver a desenterrar los valiosos restos, que tuvieron que taparse de nuevo para su mejor conservación porque se usaban de «pista de motocross»
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Iniciar sesiónEl profesor Diego Ruiz Mata estaba impartiendo una clase en la Universidad Autónoma de Madrid en el verano de 1978 . Allí hizo la pregunta del diez , la del final de curso: «¿Alguien conoce algún yacimiento que pueda reflejar lo ... que había sido Cádiz ?». «Se levantó una mano y una chica respondió : "Conozco uno que se llama Castillo de Doña Blanca ". A la mañana siguiente cogí el coche hacia allí», rememora el arqueólogo.
Aquel pálpito iba en la dirección correcta . Sucesivas excavaciones y programas de investigación comenzaron a sacar a la luz el yacimiento fenicio de Doña Blanca, cerca del actual Puerto de Santa María. Construido en los mismos tiempos que la isla gaditana de Gadir y el templo de Melkart (divinidad fenicia de la ciudad de Tiro), se calcula que comenzó a ser habitada en torno al 800 a.C .
Se trataba de una gran ciudad amurallada que desarrolló una intensa actividad económica hasta los años 210-215. Entonces los romanos se asientan en Cádiz y Doña Blanca firma un tratado con Roma . Sin embargo, por fidelidad a Cartago, no lo cumple y entonces es condenada al olvido . «Para el habitante de la época debió ser una auténtica tragedia ; para los arqueólogos, una bendición, porque se ha conservado todo », apunta Ruiz Mata.
«Para hacernos una idea de las dimensiones, Troya eran dos hectáreas -continúa el profesor-. Doña Blanca, 200 . Es una barbaridad en época fenicia. No hay nada en el mundo que se haya conservado de esa manera y con esa importancia histórica». Ruiz Mata encuentra aquí el germen que dio lugar a Tartessos , la misteriosa cultura ibérica. «Oriente en Occidente. Eso lo tenemos en España. Doña Blanca nos está contestando a las preguntas necesarias para entender qué han significado los fenicios en Occidente como origen de la civilización», puntualiza este especialista, que va a publicar un libro al respecto próximamente en la editorial Almuzara.
Religión y vino
En el año 91, la campaña de excavación se trasladó a la cima de la sierra de San Cristóbal y allí aguardaba otro de los tesoros de Doña Blanca: «La bodega completa más antigua de Occidente », dice con orgullo Ruiz Mata. Contruida en el III a. C. conserva todos los elementos : los lagares donde se pisaba la uva, los hornos para calentar el mosto con frutas y hacer el vino afrutado, las prensas, los almacenes con ánforas, los patios de trabajo...
«Y de pronto encontramos tres templos . Uno de ellos tenía un lagar, la casa de la deidad betílica, el propio betilo (piedra sagrada) y el altar donde se le adoraba. Todo está prácticamente excavado», explica este arqueólogo. La presencia de estos santuarios hace que esta bodega sea única en el mundo . «Está toda la estructura en 2.000 metros cuadrados -prosigue el catedrático en Prehistoria de la Universidad de Cádiz-. Se puede explicar el proceso en su totalidad: el sistema de producción, el de vinificación y el religioso , intrínsecamente unido al vino».
¿Por qué era tan estrecha esa unión? «Porque emborrachaba . Los inicios del vino hace 7.000 años en Oriente Próximo fueron religiosos. Las divinidades vivían en un mundo inaccesible . Solo se podía llegar a ellas a través del sueño y la ensoñación con drogas o vino », aclara el autor del libro «Sobre el vino y la bodega del siglo III a.C. de la Sierra de San Cristóbal».
La bodega se construyó cuando se estaba gestando la Segunda Guerra Púnica , en la que Roma y Cartago se jugaron el dominio del Mediterráneo. «En ese momento Doña Blanca duplica su población a través de una serie de industrias que se dedicaron no sólo al comercio, si no a mantener una despensa para una contienda inminente , aunque esto es mi suposición», aclara Ruiz Mata. De ahí que este especialista señale que el enclave era un polígono industrial de la época . Esa afirmación se sustenta en el hallazgo, a través de prospecciones, de estancias de treinta o cuarenta metros que califica de posibles almacenes.
Proyecto de recuperación
Sin embargo, tan valiosos restos se encuentran ahora mismo cubiertos . Se tuvieron que tapar para su mejor conservación, ya que la zona estaba siendo utilizada «como pista de "motocross". Las motos usaban los muros del yacimiento para pasar por encima». Ruiz Mata quiere rescatarlos de nuevo a través de la creación del Parque Cultural, Arqueológico y Lúdico del Castillo de Doña Blanca que promueve la Fundación de Estudios Fenicios Mediterráneos que él preside.
El proyecto persigue que el yacimiento sea visitable público. Tras la finalización de la excavación, se restaurarán los elementos recuperados y se techará. Además, llevarán a cabo una recreación del proceso en 3D para su difusión internacional. «Merece la pena. Hay que convertirla en un símbolo de lo que es: la bodega completa más antigua conocida en el mundo », señala Ruiz Mata.
Aunque lleva una años pensado y estructurado, la crisis de 2008 y ahora la pandemia se han convertido en grandes obstáculos para que se le preste atención a un parque arqueológico de estas dimensiones. «No hay miedo para invertir en lo que no funciona, caso de aeropuertos o grandes edificaciones inútiles, y lo hay para esto. Me parece. Creo que es el motivo de que no haya habido hasta ahora lo que llamamos "voluntad política" para apoyarlo . Y si el político no va delante, el empresario espera este paso. Por ello queremos llamar la atención de los políticos del ámbito autonómico, provincial y local, para que comprendan que esto no es un capricho, sino una contingencia. Y más en la situación actual», se lamenta el arqueólogo.
«La Historia, la naturaleza y el hombr e nos han dejado un legado que no es sólo para unos pocos, sino para el disfrute de muchos, el orgullo de España . Y la solución económica para un sector que lo requiere, el turismo cultural durante la mayor parte del año», prosigue Ruiz Mata que afirma que espera las ayudas «con impaciencia».
El puerto y la necrópolis
Mientras espera, el amplio complejo arqueológico guarda bajo tierra todavía muchos secretos de la desaparecida cultura fenicia. La impresionante necrópolis («era un bosque sagrado: entre los árboles corría el agua y las tumbas se repartían en un espacio de cien hectáreas», apunta este experto) apenas está excavada .
Y lo mismo ocurre con el puerto, de siete hectáreas . Tras la zona portuaria se encuentra el área de descarga y de atraque de los navíos . «No tengo más que las prosprecciones geofísicas y fotografías en infrarrojo, pero se aprecian las enormes estancias en las que instalaban los barcos en la época en la que no se navegaba y otros elementos que deben ser almacenes para tener la mercancía. Si se verifica , y creo que hay indicios razonables, estaríamos ante una zona portuaria también única. Un puerto fenicio completo tampoco se conoce », aventura Ruiz Mata.
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