Multados con 800 euros dos turistas que se colaron en el Coliseo para beber cerveza

A modo de reto se dijeron: «Vamos a tomarnos una cerveza al Coliseo». Como si de un pub se tratara. Dicho y hecho. A las 5,30 de la mañana, un par de horas antes del alba, estaban tomando tranquilamente sus cervezas, charlando a la espera del amanecer, admirando el monumento como espectadores privilegiados, sentados en el segundo anillo del Coliseo, que a esas horas estaba cerrado para cualquier cristiano. Ellos habían trepado para superar las barreras que en este tiempo se cierran al público a las 16:30.

Los dos americanos fueron vistos por algunos transeúntes que llamaron de inmediato al número de emergencias 112 . Poco después intervino una patrulla de carabineros para echarlos del lugar, tras imponerles una multa de 800 euros a cada uno, por invasión de terreno y edificio. En un macarrónico italiano, los dos turistas estadounidenses mostraron su sorpresa por la multa, ya que según ellos no habían hecho nada extraño. «No hemos dañado nada, solo queríamos estar solos en el Coliseo», dijeron para justificarse.

Se comprobó que en esta ocasión no hubo daños. Pero son innumerables los episodios de mal comportamiento protagonizados por turistas en monumentos italianos. El Coliseo suele ser el sitio preferido para dejar la huella. Diversos carteles alrededor del Anfiteatro Flavio indican que está estrictamente prohibido marcar o dañar el monumento, advirtiendo que se corre el riesgo de una multa de 2.000 euros y hasta un año de cárcel si se viola la ley. Pero no todos los turistas lo ven o toman nota.

El último caso grave en el Coliseo ocurrió hace unos meses: un irlandés de 32 años fue sorprendido por el personal de servicio del parque arqueológico inmediatamente después de haber grabado sus iniciales con un punzón en un pilar del primer nivel del Anfiteatro Flavio. El turista irlandés fue arrestado y multado con la acusación de daños a bienes de interés histórico y artístico. Poco antes, dos niñas californianas fueron denunciadas por grabar las iniciales de sus nombres con una moneda en una pared para hacerse después un selfie.

También en el Coliseo, en el año 2018, se denunció a un turista austríaco menor de edad tras hacerse con un fragmento de ladrillo romano de la columnata exterior, operación que realizó con un cúter. Afortunadamente, la policía recuperó el 'souvenir' que el joven de 17 años había escondido en su mochila. En abril 2019, una ciudadana israelí de 39 años fue sorprendida por el personal de seguridad interna del Coliseo, mientras grababa con una piedra, en un pilar interno del monumento, las letras 'EIAAP'. Eran las iniciales de los nombres de su esposo e hijos.

Aunque parezca increíble, es sorprendente la frecuencia con que se produce este vandalismo. Por ejemplo, en mayo del 2019, en solo seis días el Coliseo sufrió daños en tres ocasiones . Un turista húngaro de 29 años grabó una gran 'T', utilizando la llave de su hotel, en el mármol travertino de una pared de la planta baja del Anfiteatro Flavio. El turista se justificó así: «Como hay tantos escritos, no pensé que estuviera prohibido». Es verdad que hay escritos, que en realidad se remontan a siglos atrás. Pero el fetichismo mezclado con la estupidez y falta de sentido cívico continúa haciendo daños en el Coliseo.