Suscríbete a
ABC Cultural

Alejandro Duque Amusco

Los papeles de Aleixandre nunca deberían volver a Velintonia

«Como amigo que fui de Aleixandre, como poeta que frecuentó aquella casa, y como editor y estudioso de su obra durante veinte años, quiero dejar clara mi postura: me inclino a favor de la salvación de esa casa, siempre que se respeten los legítimos derechos de sus actuales propietarios»

La casa de Vicente Aleixandre sale a subasta por 4,6 millones de euros

Velintonia, la casa de Vicente Aleixandre en Madrid EP

Alejandro Duque Amusco

Es elocuente lo que acerca de Velintonia dice el propio Vicente Aleixandre al final de una grabación que corre por las redes sociales: «La realidad (de lo que ha sido esta casa) -afirma- puede decirse que es lo contrario (de lo que se ... cree): paredes derribadas y comunicación abierta». Lo que quiere decir, a buen entendedor, que lo importante no son aquellas paredes en sí, sino la relación estrecha, la ligazón espiritual que entre el poeta y los amigos que iban a verlo se establecía. Porque Velintonia en realidad, lo que llamamos ahora 'Velintonia', era él, el propio Vicente Aleixandre, el poeta acogedor y comprensivo, el poeta que sabía crear una atmósfera de proximidad y confianza con el visitante, fuera amigo de toda la vida o recién llegado, y hubiera dado igual dónde él se encontrase, en una plaza abierta «con olor a existencia» o en un sótano (como estuvo buena parte de la guerra) o debajo de un puente. La verdad es que él, Vicente, era Velintonia y Velintonia sin Vicente no es nada. Una reliquia que costará muchos recursos públicos salvar de la ruina.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia