la larga guerra del siglo xx. segunda guerra mundial (XXXIX)
Los aliados apostaron por la electrónica y el desarrollo de proyectiles especiales
El desarrollo del radar y la utilización del primer ordenador supusieron una ventaja decisiva a lo largo de la guerra
rodrigo garcía muñoz-vaquero
Mientras los alemanes se empeñaban en diseñar armas futuristas excesivamente complejas, los aliados se concentraron en proyectos menos ambiciosos pero más útiles para inclinar a su favor la balanza de la guerra. El más conocido de ellos es el radar, acrónimo de RAdio Detection And ... Ranging (detección y medición de distancias por radio), un aparato que permite localizar objetos mediante la emisión de impulsos de radio que rebotan al chocar contra ellos.
Aunque varios países investigaron sus usos militares, fueron los británicos los primeros en utilizarlo a gran escala al establecer, a partir de 1936, la Chain Home, una cadena de estaciones de radar que permitía detectar incursiones aéreas enemigas a gran altura contra las Islas Británicas, complementada posteriormente con la Chain Home Low destinada a localizar aviones volando a baja altitud. Y en enero de 1941 se instalaron los primeros radares capaces de guiar con precisión a los cazas propios hasta los aviones enemigos. La Ground Controlled Intercept (interceptación controlada desde tierra), multiplicó por catorce las pérdidas de la Luftwaffe en solo cinco meses.
Posteriormente se desarrollaron radares cada vez más precisos y pequeños, capaces de ser instalados en aviones y detectar objetos tan pequeños como los periscopios de los submarinos, que ayudaron a ganar la Batalla del Atlántico . También surgieron métodos para interferir los radares enemigos, como el window británico, consistente en grandes nubes de tiras de aluminio arrojadas desde aviones que creaban falsos ecos. Se empleó con gran éxito por vez primera en 1943 durante la Operación Gomorrah, que devastó Hamburgo.
Municiones
El ingeniero británico Barnes Wallis ideó las bombas sísmicas Tallboy, de 5,4 toneladas y 6,4 metros de largo, y Grand Slam, de 10 toneladas y 8 metros, pensadas para penetrar profundamente en la tierra antes de detonar. La fuerza de la explosión subterránea podía destruir el objetivo, dañando su estructura o creando un inmenso cráter capaz de tragárselo, sin necesidad de lograr un impacto directo. Se usaron contra blancos difíciles de destruir mediante bombardeos convencionales, como refugios de submarinos, rampas de lanzamiento de las V1 y V2, puentes, túneles e incluso el Berghof, el refugio de montaña de Hitler en los Alpes bávaros.
Wallis también creó las bombas de rebote Upkeep: de forma cilíndrica, estaban pensadas para rebotar sobre el agua y destruir objetivos protegidos por redes antitorpedos. Se hicieron famosas cuando, en 1943, lograron reventar dos de las presas que abastecían de electricidad la zona del Ruhr. Por su parte, los norteamericanos crearon las espoletas de proximidad VT que aumentaban las probabilidades de derribar un avión en vuelo al detonar antes de alcanzar el blanco.
Primer ordenador
El Colossus fue el primer ordenador electrónico digital parcialmente programable del mundo. Desarrollado por un equipo encabezado por el ingeniero británico Tommy Flowers a petición de los criptoanalistas de Bletchley Park, que lo necesitaban para descifrar los teletipos alemanes cifrados con la máquina Lorenz SZ, introducida en junio de 1941 para comunicaciones de alto nivel. El Colossus Mark 1 empezó a operar en febrero de 1944. En junio se introdujo una versión mejorada, el Mark 2, cinco veces más rápido y más fácil de manejar, del que se habían construido diez ejemplares al terminar la contienda.
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