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ABC Cultural

la larga guerra del siglo xx. segunda guerra mundial (XXXIX)

Hitler había confiado hasta el final en las «armas asombrosas» para tornar a su favor el curso de la guerra

Aviones a reacción y proyectiles dirigidos se hicieron realidad, pero los aliados lograron neutralizar la bomba atómica alemana

Hitler había confiado hasta el final en las «armas asombrosas» para tornar a su favor el curso de la guerra

VÍCTOR JAVIER GARCÍA MOLINA

Hasta el último momento Hit­ler confió en las nuevas armas a las que se había referido en varias ocasiones y con las que espe­raba aún dar un giro radical a la gue­rra.

Algunas no pasaban de ser fanta­sías, otras no llegarían a estar operati­vas, pero ... varias de ellas recibieron su bautismo de fuego, aunque sin los ra­dicales efectos esperados: rayos de la muerte, cañones subsónicos, bombas térmicas, carros de combate de escala gigantesca; inventos delirantes… Pe­ro, también, misiles balísticos, cazas y bombarderos a reacción, nuevos ga­ses tóxicos y la bomba nuclear. El ca­tálogo de las armas secretas nazis no tiene parangón.

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