Mientras la SGAE debate, España pierde su oportunidad de oro en el mundo digital

«España tendría que ser la puerta de un repertorio amplísimo para Europa»En la jornada que organizó el Instituto de Derecho de Autor en la sede de la Sociedad Generales de Autores Españoles ( SGAE ) se debatió sobre la gestión de la propiedad intelectual. Allí, representantes de los autores, de la Administración Pública y de los proveedores de contenidos discutieron sobre cómo ser eficientes a la hora de explotar los derechos de autor. Después de un intenso intercambio de impresiones, no terminaron de ponerse de acuerdo en cómo gestionar un negocio débil, cuando quizá la solución pasaría por fortalecer ese negocio (acabar con la piratería) antes de buscar la forma de hacerlo rentable.

José Miguel Fernández-Sastrón , miembro del Consejo Internacional de Creadores de Música (CIAM) lamentó que España no sea, pese a la fuerza de su idioma, «la puerta de un repertorio amplísimo para Europa». Da la impresión de que, con la gran implantación que tiene el castellano fuera de nuestras fronteras, España está perdiendo una gran oportunidad de exportar su talento. Cerró la jornada de conferencias el presidente de la SGAE, José Luis Acosta , que criticó con dureza el proyecto de Ley de Propiedad Intelectual impulsado desde el Gobierno. «Se trata de una ley hecha a golpe de prejuicio, desde la creencia de que somos un monopolio y que nuestros autores no son competitivos», aseguró

Todas las intervenciones reflejaron las dudas, presentes y futuras, en un sector que no ha encontrado todavía la forma de acabar con la piratería y exportar el talento de los autores españoles. Las sociedades de gestión como la SGAE no quieren un mayor control por parte del Estado mientras no son capaces de sacar adelante sus cuentas . Los proveedores de contenidos temen la llegada de gigantes norteamericanos mientras se consolidan en América Latina. Y, entre tanto, el esfuerzo de los autores españoles se encuentra con un techo de cristal insuperable: la piratería.

En la sala Manuel de Falla de la SGAE, habló en primer lugar el director de Estudios VINCES , Francesco Sandulli, para valorar el modelo de gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual. Sandulli presentó un extenso informe con el que defendió este sistema, que es el que se viene utilizando desde hace décadas y alegó: «Bajo el modelo actual se han generado 75.000 empleos netos entre los años 2000 a 2011».

El Gobierno propone un modelo similar al de los derechos del fútbolEn la mesa redonda posterior, Eduardo Prieto Kessler, director de Competencia de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), defendió el «monopolio natural» que representan sociedades de gestión como la SGAE. «Es un monopolio que los economistas aceptamos, pero que hay que regular para que no puedan hacer lo que les dé la gana», matizó. Precisamente uno de los problemas que plantea el modelo actual es la falta de control de las entidades de gestión, que ha generado en España varias sustituciones de conflicto. El último ejemplo: la negativa de los socios de la SGAE a aprobar las cuentas del año 2013.

La subdirectora general de Contenidos Digitales del Ministerio de Industria , Cristina Morales, defendió la reforma de la ley de Propiedad Intelectual presentada por el Gobierno. Morales, que ha participado en su redacción, asegura que la nueva ley se ha diseñado «evitar abusos por parte de las entidades de gestión». Para ello han propuesto el modelo de ventanilla única, un sistema que la SGAE rechaza y que se utiliza, por ejemplo, en la venta de los derechos televisivos por parte de los clubes de fútbol. Un modelo que se ha criticado en más de una ocasión por las desigualdades que genera entre grandes y pequeños.

En último lugar, Luis Velo, director general de proyectos Multimedia de Telefónica, fue mucho más explícito con el problema de los derechos de autor: «En España hay un problema de piratería. La mayoría de los vídeos que circulan por nuestra red son piratas». A la hora de valorar el proyecto de ley criticó que el nuevo texto no se preocupe de «generar una conciencia social» en contra de este problema. También alertó de los riesgos que puede suponer para la industria cultural española el desembarco de corporaciones como Google o Apple . «Creo que es bueno que vengan, pero si la industria española no está fuerte va a ser muy difícil competir con ellos».