Reixa, destituido: «En la SGAE hay una lucha de poder que va más allá de lo legítimo»

Alrededor de las tres de la tarde Antón Reixa hacia acto de presencia, visiblemente afectado, ante los pocos medios de comunicación congregados. «Os tengo que agradecer mucho la atención que habéis prestado a SGAE durante estos quince meses», ha comenzado diciendo, con la voz trémula, el ya expresidente de la entidad. «Hoy es un día de alivio, de preocupación y de agradecimiento. De alivio porque mi única frustración personal durante estos meses ha sido no haber podido seguir con mi profesión autoral y de empresario autoral. De preocupación, porque estamos en una situación muy grave y mi cese no soluciona el problema que tenemos ante una ley absolutamente homicida del Gobierno que quiere acabar con el derecho de autor y la gestión colectiva, y eso es gravísimo».

Después ha querido mostrar su agradecimiento a sus compañeros de junta, a todo el staff ejecutivo «sin excepción», a los trabajadores de SGAE «que se enfrentan a una situación muy difícil. Me gustaría que esta máquina no dejara de funcionar y que al mismo tiemo nuestra inteligencia emocional nos permita ser combativos y eficientes contra la ley».

También ha tenido palabras para los socios que votaron a favor de las cuentas, «que son muchos», más de los que inicialmente se cuantificaron, un 56,13%, pues la cifra definitiva, después de haber sido detectado un error de lectura, se elevaría hasta el 70%. Una cifra que si hace unas semanas hubiera sido un capote a la gestión de Reixa, ahora ha llegado quizá demasiado tarde.

Después se refirió, sin ambages, a las causas que han determinado su salida de la SGAE. «El detonante, independientemente de todos los fallos de gestión, ha sido el haber hecho público a los socios el interés por desarmar la rueda de las televisiones. Creo que efectivamente hay un conflicto de intereses dentro de la junta, y eso sería muy importante para abrirse camino. Si la LPI deja con vida a la SGAE habría que afrontar ese problema, que es estructural y podría llevarse por delante a medio plazo lo que es la gestión colectiva del derecho de autor. Yo he tratado de restablecer la coherencia, porque la unidad era imposible. Le deseo lo mejor a la SGAE , al presidente que continúe y le ofrezco mi colaboración», ha añadido Reixa, que continuará formando parte de la junta directiva .

El músico y productor gallego aseguró que no se arrepentía de haber asumido la presidencia de la entidad. «Aquí se mete uno porque quiere, pero no es fácil hacerlo». Tampoco de haber abierto la caja de los truenos al cuestionar e intentar atajar el problema de la «rueda» de las televisiones. «Llegará un momento de alcanzar una situación insostenible, de acaparamiento de repertorio por parte de los grandes operadores y fundamentalmente determina un reparto nada ecuánime entre los socios de la SGAE. Y no aporta nada a la cración musical».

En cuanto a si es posible la refundación de la SGAE después de un intento fallido que durado tan solo quince meses (Reixa ganó las elecciones en mayo de 2013), se mostró optimista: «Hay una cosa clara. Me refiero a la base social fuera de este edificio que tiene un mecanismo diabólico que vampiriza a muchos y te vuelves endogámico, pero creo que nuestra base social es homogenea y así lo desmuestra ese 70%. La responsabilidad es que esta casa tenga unos órganos de gobierno que realmente representen a esa base social que está comprometida con su trabajo de creación».

Sobre las particularidades de una junta directiva que ha estado carteándose las semanas pasada para la posible destitución de Reixa, y en la que quienes eran afines al presidente se han vuelto en su contra, el músico gallego no quiere pronunciarse: «Sería injusto que yo emitiera un juicio de valor, porque ya no soy el presidente, pero esta junta tiene que evaluar si representa esa homogeneidad de socios. En este momento hay que concentrarse en nuestra defensa de la LPI. No puede ser que la pluralidad y la participación estén matando a SGAE. No pasaría nada que con tranquilidad y de forma ordena en algún momento se procediera a unas nuevas elecciones. Tienen que pasar algunas cosas antes.»

Reixa ha asegurado también que durante estos últimos meses ha notado «la sombra del pasado» en temas como la «rueda» de las televisones, «con una confluencia de intereses entre los nostálgicos del pasado y los ambiciosos de la actualidad. En la SGAE hay una lucha de poder que va más allá de lo legítimo. En las últimas semanas me ha costado mucho discernis la alternativa, no solo quién sino qué era lo que se buscaba».

Sobre si se sentía dolido por la conducta de algunas personas que le apoyaron en esta aventura y que después se han vuelto contra él, no quiso darle mucha importancia. «Eso es muy español. Uno se va de aquí víctima del fuego cruzado de una red organizada y de algo que en la vida política se da en llamar trasfuguismo ». Pero ha concedido que existe «una división» en la junta directiva.

A partir de ahora, Reixa compaginará su acitividad profesional con la defensa de los derechos de autor. «Y vamos a luchar y estoy seguro de que tampoco voy a estar solo en esta lucha»

La votación por un nuevo presidente , decisión que recae en la junta directiva tendrá lugar el próximo 25 de julio , mientras tanto ejercerá las funciones de presidente interino el vicepresidente de más edad, en este caso Miguel Hermoso.