historia
La batalla de Almansa, un símbolo imperecedero
Hoy se cumplen 307 años de este acontecimiento, que representa la lucha por las señas de identidad de los territorios de la antigua Corona de Aragón
En 1709, dos años después de que se disputara en una llanura próxima al puerto albaceteño de Almansa una de las batallas fundamentales de la Guerra de Sucesión, dos pintores de la escuela italiana inmortalizaron en un amplio lienzo el fragor y el dramatismo de esta contienda fundamental en la historia de España. La pintura, propiedad del Museo del Prado y firmada por Buonaventura Ligli y Filippo Pallota, preside el vestíbulo de las Cortes Valencianas. Es el recuerdo de aquél 25 de abril que se dirimió con el triunfo del borbón Felipe V –partidario del centralismo castellano–, y en detrimento del archiduque Carlos de Austria, cuyo proyecto político prometía la conservación «de todos los fueros y privilegios, a todos los reinos y provincias de los dominios de España», siguiendo la recomendación dictada por Carlos II en su testamento.
Aunque la Guerra de Sucesión se prolongaría hasta 1713, la Batalla de Almansa todavía hoy conserva su fuerza como símbolo de la lucha por la señas de identidad regionales de los territorios de la antigua Corona de Aragón (los reinos de Cataluña, Valencia, Mallorca, Aragón). El triunfo del ejército de «Las Dos Coronas» (partidarios de Felipe V y dirigido por el duque Berwick) derivó eventualmente en la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, que supuso la abolición de las instituciones propias y la anulación de los derechos y las libertades instaurados desde la conquista de Jaime I en el siglo XIII.
Un conflicto internacional
La Guerra de Sucesión española fue reflejo de un movimiento de fuerzas internacional surgido a raíz de la muerte de Carlos II El Hechizado sin dejar descendencia directa. Su fallecimiento puso fin a la presencia de la Casa de Austria en España y tuvo como consecuencia la instauración de la Casa de Borbón en la persona del sobrino nieto del monarca, Felipe de Anjou. Esto desató las ambiciones de las naciones europeas por hacerse con la herencia hispánica.
Por una parte se posicionó Francia –cuyo rey Luis XIV era abuelo de Felipe de Anjou (Felipe V)–, y por la otra el resto de las potencias marítimas, aliadas en torno a Carlos de Austria (hijo del emperador Leopoldo I) por miedo a las consecuencias de una eventual unión hispano-francesa. Finalmente, lucharon junto al archiduque Austria las naciones de Inglaterra, Holanda, la mayor parte del imperio alemán y Portugal.
Ahora, cuando se cumplen 307 años de la batalla de Almansa, el municipio albaceteño se ha coordinado con el gobierno valenciano para llevar a cabo una serie de actividades conmemorativas, entre ellas una exposición divulgativa en el Palacio de Benicarló, sede las Cortes Valencianas. «Un homenaje a la paz desde el recuerdo», más que desde la reivindicación.

