Una pila barata, no contaminante y que genera electricidad gracias a bacterias
Estudiantes españoles presentan su pila microbiana en un certamen para jóvenes científicos de todo el mundo. Su montaje, aseguran, es el más económico y eficaz hasta la fecha
Una pila barata, no contaminante y que genera electricidad gracias a bacterias
Una pila que no se gasta, es barata y no contamina. ¿Existe algo tan perfecto? Sí. Son las pilas microbianas que ya tienen varios años de existencia. De hecho, la primera patente data de 2008 y era del doctor Derek Lovley, del Departamento de ... Microbiología de la Universidad de UMassAmherst .
Se trata de un sistema por medio del cual las bacterias descomponen residuos orgánicos y como consecuencia, se genera electricidad. De modo que a la vez que se limpian los residuos se obtiene electricidad.
Se sigue investigando para mejorar las pilas microbianas porque son muy prometedoras y abren una puerta más a las energías renovables. Ahora, dos jóvenes españoles del colegio Retamar de Pozuelo de Alarcón y uno de la Universidad Autónoma competirán con su proyecto de la pila microbiana a nivel mundial en el 25º Certamen para Jóvenes Científicos de la Unión Europea pero en el que compiten jóvenes de todo el mundo y que se celebrará en Praga.
Pero el proyecto español «que ha recibido todos los premios a nivel nacional», explica el profesor que dirige el proyecto Javier Fernández Portal, introduce como novedades que se han encontrado por primera vez « dos especies capaces de generar electricidad que no se conocían hasta el momento », además de ser el prototipo « más barato y el que más potencial tiene ».
¿Y cómo funciona?
Se cuenta con dos botellas (o cámaras). Una de las cámaras, el ánodo, contiene barro y residuos orgánicos de los que se alimentan las bacterias mediante procesos de oxidación. Al consumirlos, como resultado de su metabolismo, liberan electrones. Esos electrones pasan por un cable a la otra botella o cámara que tiene agua: el cátodo. Además, hay otro elemento, el llamado «puente salino» que permite el paso de los protones de una cámara a la otra. Como resultado se obtiene energía eléctrica, además de degradarse los residuos de manera limpia, sin producir CO2.
«Nuestro montaje tiene un coste 88% menor que los desarrollados hasta ahora, y un 7% más eficaz», asegura Javier Fernández Portal.
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